“Con cinco hijos, la madre había adquirido experiencia para manejar a la chiquillería. (…) La cocina era para los niños una tentación permanente. (…) doña Dolores sólo entraba allí excepcionalmente, para ver cómo iban las cosas o para preparar un plato extraordinario. Y extraordinarios eran los “crespillos”, que aparecían el día de su santo o en muy contadas ocasiones familiares. Era un postre al alcance de cualquier fortuna y no tenía otro secreto culinario que el saberlo presentar en su punto: unas hojas de espinaca rebozadas en un batido de harina y huevo; se pasaban luego por la sartén con un poco de aceite hirviendo y, calentitas y espolvoreadas de azúcar, se servían a la mesa. En la casa de los Escrivá siempre se saludó con ilusión el día de los “crespillos”.
Del libro “El Fundador del Opus Dei” tomo I de Andrés Vásquez de Prada.
CRESPILLOS (para 6 a 8 personas)
Ingredientes
- 1, 5 dl Leche (150 g)
- 200 g Harina
- Huevos (100 g)
- 1 Cucharadita de levadura en polvo
- 10 g Azúcar (una cucharada)
- ½ Kg Hojas de espinacas frescas
- Azúcar para espolvorear
Elaboración
Lavar muy bien las espinacas y dejar las hojas con 2 o 3 cm de tallo.
Hacer una masa mezclando los ingredientes por este orden: en un recipiente se pone la harina con el azúcar y la levadura, se añaden la leche y los huevos y se une bien todo.
Secar el agua de las hojas de las espinacas, pasarlas por esta masa (gacheta) y freirlas en abundante aceite caliente: unos 170º C. Escurrirlas bien.
Una vez fritas pasarlas por azúcar.Servir al momento, en plato de respostería con servilleta blanca.
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Receta de Alicia Bustos, Cocina Inteligente, Eunsa, Pamplona, 2004.