Se extravió un pantalón que había llevado a arreglar, y después de
buscarlo intensamente el responsable me dijo que lo diera por perdido y
recibiera una paga en compensación. Pedí la intercesión de Dora mientras
me estaba diciendo eso, y sobre una pila de pantalones ¡vi que estaba
el mío! Ninguno de los dos lo podíamos creer.
En el departamento de mi madre que estaba alquilando hay una heladera de 1950. Como había estado un año sin enchufarse, el técnico me dijo que ya no funcionaría más… Le pedí a Dora y volví sola a enchufarla… No sólo funcionó, sino que continúa andando en perfecto estado.
M.C. (Argentina)
02/01/2014