Cuando Beatrice aprobó las audiciones para el conservatorio de Milán en octubre de 2012, se propuso encontrar un buen lugar para vivir durante los tres años que estaban a punto de comenzar: “No es fácil encontrar un hogar en Milán en octubre”, recuerda Beatrice, “cuando todo ya ha comenzado. En el camino conocí, casi por casualidad, la Fundación Rui”.
La Fundación Rui, una iniciativa para estudiantes universitarios, fue impulsada en los años cincuenta por un grupo de profesores, estudiantes y familias animados por san Josemaría. Los chicos y chicas que acuden a las residencias de la Fundación Rui tienen la oportunidad de participar en un programa de formación cristiana.
Entender que la música puede convertirse en oración ha sido muy importante para mi
“Las palabras del sacerdote que se ocupaba de la formación espiritual en la residencia –explica Beatrice– me impresionaron por la sencillez con la que planteaban las cuestiones de la vida cotidiana. Pero lo que realmente me fascinó y me ha acompañado siempre es el descubrimiento de la oración a través del trabajo y el trabajo vivido como servicio. La música puede ser, de hecho, un medio de conectar con una dimensión superior; y entender que esto puede convertirse en oración ha sido muy importante para mí”.
Además de la posibilidad de profundizar en la dimensión espiritual, la residencia universitaria propicia las relaciones de amistad: "No conocía la Fundación Rui –continúa Beatrice– y del Opus Dei solo había escuchado algunos rumores que lo vinculaban al mundo de las altas finanzas. Al principio, al ver a toda esa gente sonriendo y disponible, pensé que había un engaño en alguna parte. En cambio, su actitud no solo era sincera, sino que descubrí una auténtica familia, personas dedicadas a muy diferentes tareas y gente a la que le gusta compartir opiniones y experiencias.
¿Cómo vive su fe una joven directora de orquesta? “En el mundo del entretenimiento –responde Beatrice– es difícil encontrar ámbitos donde se hable sobre temas espirituales. Sin embargo, los años en Milán han fortalecido mi capacidad de vivir ideales que reflejan mi formación humana y cristiana. A veces la palabra 'Dios' da miedo. He aprendido a hablar de Dios sin citarlo directamente. Así es más fácil, en mi entorno, entrar en diálogo con los demás. Da miedo hablar directamente de Dios, pero en realidad hay una gran necesidad de ello. En temas tan delicados siempre evito la confrontación porque creo que no lleva a ninguna parte”.
Beatrice, que según Forbes Italia se encuentra entre los cien menores de 30 años que serán los 'líderes del futuro', nos transmite un mensaje para los jóvenes que, como ella, intentan vivir su fe en su propio entorno: “Busca las razones de tu fe, adhiérete a lo que crees. En mi opinión, no hay que tener miedo a una reflexión crítica sobre las cuestiones más delicadas: esto significa tener una actitud moderna incluso con respecto a la fe”.