“Sigo con preocupación -afirmó el Santo Padre- el aumento de las tensiones que amenazan con infligir un nuevo golpe a la paz en Ucrania y cuestionan la seguridad en el continente europeo, con repercusiones aún más amplias”.
Ante las informaciones sobre la escalada de tensión en la zona, el Papa “hizo un sentido llamamiento a todas las personas de buena voluntad, para que eleven oraciones a Dios omnipotente, para que cada acción e iniciativa política esté al servicio de la fraternidad humana, más que a los intereses de las partes”, al tiempo que afirmó que “quien persigue sus propios fines en detrimento de los demás, desprecia su propia vocación de hombre, porque todos hemos sido creados hermanos”.
Por todo ello ha propuesto que este miércoles 26 de enero sea una jornada de oración por la paz.