Soy una árabe palestina de Ramallah; cristiana luterana casada con un griego ortodoxo. Vivimos en Jerusalén. Buscaba un lugar donde mis hijos pudieran aprender la fe cristiana y, con este motivo, mi hijo empezó a participar en las actividades del centro de chicos que tiene el Opus Dei en Jerusalén. Después, mi hija comenzó a asistir al de las chicas y luego yo también empecé a participar en clases de formación y en otras actividades para señoras.
Quise ser cooperadora porque entendí la necesidad de la formación en nuestra comunidad y porque, además, quería difundirla entre la gente de nuestra ciudad
Quise ser cooperadora porque entendí la necesidad de la formación en nuestra comunidad y porque, además, quería difundirla entre la gente de nuestra ciudad, para que pueda ayudarles tanto como a mí, que he encontrado en los retiros espirituales la fortaleza para continuar con mi trabajo —soy profesora de primaria en un colegio en donde no faltan los problemas de nuestra época—, la sabiduría necesaria para llegar a soluciones positivas con mis colegas, y la creatividad para llegar a mis estudiantes.