Reconozco que lo hacía con negligencia, y me parecía demasiado esfuerzo.
Quiero dejar constancia que la peor parte le ha tocado a mi marido y por gracias a él la situación pudo revertirse. Al no escuchar nunca de él una queja, aumentó mi admiración y respeto hacia él y finalmente me decidí a cambiar. También gracias a Dora.
Antes de conocer a Dora, intenté de hacer las cosas por mi cuenta, pero me encontré con mis límites: falta de imaginación, incompetencia total, me sobrevino el desánimo y me di por vencida. Pero un día, conversando con una amiga, cayó de mi agenda una estampa de Dora. No recuerdo cómo, ni cuándo llegó allí. Entonces junté las dos cosas: la ayuda de Dora y mi empeño y probé si funcionaba y… ¡Funciona, y cómo!
La imaginación se puede suplir con las recetas que se encuentran en todas partes. Pero la ayuda de Dora es patente en la rapidez y la facilidad de implementación, la organización y sobre todo en los resultados. Me ha dejado con la boca abierta. Incluso mi marido está muy satisfecho.
Y no sólo la cocina, el efecto de Dora también ha beneficiado la limpieza de la casa. He reducido a dos horas y media, las cuatro ó cinco horas que antes le dedicaba. Incluso un domingo fui capaz de limpiar y preparar el almuerzo, todo de 10:00 a 14:00, algo antes impensable para mí.
Me di cuenta de que otras personas también dan fe de la intervención inmediata de Dora. Es cierto, lo he comprobado yo misma. Ahora tengo la costumbre de invocarla en todas dificultades que afectan a la casa y no me ha defraudado. ¡Gracias Dora!
A.B. (Italia)