ESPACIO RESERVADO PARA SAN JOSEMARÍA

Una anécdota en torno a San Josemaría en un barrio de San José, Costa Rica.

Como bien sabemos la Pandemia nos ha obligado a cambiar nuestra manera de hacer las cosas. Algunos de estos cambios los estamos viviendo en las Iglesias, y es que para poder asistir a Misa, aquí en Costa Rica, hay que cumplir algunos protocolos de distanciamiento que han obligado a los párrocos a inhabilitar los puestos centrales en los bancos, de manera que sólo se puedan sentar un máximo de 2 personas en cada uno.

Mi Parroquia está dedicada a Santa Bárbara y se ubica en Pavas, San José. Esta semana comencé a asistir a Misa de manera presencial y me encantó lo que vi en los bancos: en lugar de inhabilitar el puesto central con una cinta adhesiva (como en muchas de las Iglesias), lo asignaron a un Santo o Santa distinta en cada uno, y para ello utilizaron rótulos grandes que piden no utilizar ese espacio por estar reservado; lo cual -a mi modo de ver las cosas- da una gran sensación de tener la Iglesia llena, además de que nos ayuda a escuchar la Misa con más recogimiento.

Mayor fue mi alegría cuando al tercer día me di cuenta de que mi acompañante de ese día era San Josemaría. Luego me enteré de que fueron algunas alumnas del Colegio Surí, colegio de enseñanza secundaria, impulsada por la Obra, quienes lo sugirieron al Párroco, a quien, por cierto, siempre estaremos agradecidos por el gran cariño que le tiene a la Obra y a San Josemaría. Esperemos que pronto volvamos a tener los templos llenos de manera presencial.

Una feligresa de Pavas