El hecho de que no se hayan erigido hasta ahora otras se explica por la misma novedad de las prelaturas personales, que han de ofrecer garantías de solidez eclesial y deben insertarse armónicamente en las diócesis en las que actúen.
Por lo demás, existen otras circunscripciones eclesiásticas, como los ordinariatos militares, dotadas de una configuración del mismo tipo, es decir, personal y complementaria a las diócesis.