¿Cómo nació la idea de fundar esta escuela?
Siempre me ha movido la intención de mejorar la educación de nuestra gente. Un día estaba reunida con mis tres hermanos y surgió la idea de impulsar la fundación de un colegio entre los cuatro. En ese mismo momento, les dije a mis hermanos que yo podría hacerme cargo de la formación de los alumnos. La idea original era comprar una casa y comenzar ahí nuestro colegio, pero mis hermanos insistieron en que sería mejor comprar un terreno y comenzar desde cero, construyendo una nueva escuela. Buscamos durante mucho tiempo uno que fuera adecuado, hasta que encontramos el que se ajustaba a nuestras necesidades.
Propuse poner el nombre de Guadalupe a nuestro colegio para que fuera un atractivo ejemplo
Para poner en marcha el proyecto, propuse a mis hermanos ponerlo bajo el “amparo” de Guadalupe, ya que ella, mientras vivió en México, trabajó para el desarrollo de la gente de esta zona. Pensamos también que podríamos poner su nombre a nuestro colegio, para que, de esa manera, Guadalupe fuera para los alumnos y sus familias un atractivo ejemplo de una vida alegre y limpia. Guadalupe ha sido una gran intercesora en todo lo relacionado con la construcción del inmueble y los distintos pasos burocráticos que se fueron dando, hasta que el 26 de junio de 2013 el gobierno de Morelia nos otorgó finalmente el permiso para comenzar a funcionar.
¿Qué tipo de educación ofrece el Colegio Guadalupe Ortiz de Landázuri a sus alumnos?
Según cifras publicadas por las autoridades federales en 2016, Zamora de Hidalgo es uno de los municipios del estado de Michoacán con mayor porcentaje de rezago educativo, pues supera el 50%. En promedio, sus habitantes —127.606— acuden a la escuela solo durante cuatro años. Por eso, siempre tuvimos en mente ofrecer una educación integral, que abarcara todas las dimensiones de los niños. Además de la incidencia académica, ofrecemos una educación en la fe, que aúna muchos aspectos esenciales en el desarrollo del niño. Decimos a los padres de familia que somos un colegio de ideario católico, pero que, de acuerdo con lo que enseñaba san Josemaría, estamos abiertos y aceptamos a gente de otras religiones: el único requisito es el respeto mutuo y comprender que esta educación busca potenciar el crecimiento global del niño.
Actualmente el colegio cuenta con alumnos de primero a sexto de educación primaria, y esperamos comenzar el próximo año con la educación secundaria. Ya empezamos a buscar el terreno para la construcción del nuevo edificio de secundaria y la futura preparatoria, pero hasta que podamos contar con las nuevas instalaciones, el primer grupo de secundaria tendrá que compartir sede con el edificio de primaria. A los alumnos les enseñamos cuidar las cosas pequeñas, por ejemplo la limpieza de los salones, el acomodo de los juguetes que utilizan durante el descanso, el uso de las servilletas para limpiarse durante las comidas, etc.
¿Cómo ha influido la escuela en el desarrollo de la comunidad en la que se encuentra?
Los niños se llevan a sus casas todo lo que han aprendido. Una vez, una mamá me contó cómo su hijo llegó a casa pidiendo que compraran servilletas porque, aunque en su casa no las usaban, el chico había aprendido en la escuela ese detalle de cortesía a la hora de las comidas. Además, nosotros tenemos trato con los padres y madres de los alumnos a través de reuniones. Estamos planeando tener talleres y charlas para las familias que quieran, para poder ayudar, no solo a los niños, sino a toda la comunidad local.
Además queremos desarrollar un plan para los padres de familia, en donde podamos dar clases de orientación familiar, educación espiritual etc. A esto se suma el proyecto que tenemos de comenzar la escuela secundaria que se llamará Álvaro del Portillo. Ya estamos trabajando para hacer este sueño realidad y poder dar continuidad a la formación de alumnos y familias.
¿Cómo ve la comunidad a Guadalupe? ¿Qué idea tienen de ella?
La gente de aquí quiere muchísimo a Guadalupe, algunos la recuerdan como una persona muy sonriente, siempre preocupada por la gente de la zona, que llegó a conocer la fuerza de la gente necesitada y que, sobre todo, nunca perdió la alegría.
Todos sabemos que, cuando Guadalupe tuvo la idea de abrir una escuela rural, su primera opción fue Michoacán, aunque tras la donación de la ex-hacienda de Santa Clara en Morelos fue ahí donde se materializó esa iniciativa, con el Colegio Montefalco. Sin embargo, vino mucho aquí a Michoacán y ayudó a muchas chicas para que pudieran estudiar en la Ciudad de México, es también por eso que la gente de la zona la quiere mucho.