Para escribir una canción inspiradora y épica solo necesitas tres elementos: un héroe excepcional, una misión difícil y peligrosa y una historia memorable. Por eso cuando me lanzaron el reto de componer un himno sobre la crisis del Covid me encontré con una seria dificultad: mi vida durante el confinamiento ha sido la de un ciudadano medio, la misión más difícil que he tenido estas semanas, aguantarme las ganas de salir y las historias más increíbles las he vivido viendo alguna que otra película…
Yo aún diría más: en esta pandemia, gracias a Dios, he sufrido más bien poco. (Sustitúyase poco por nada...) En el Colegio Mayor Santillana, donde vivo, nos hemos quedado un grupo numeroso, hemos disfrutado mucho y en el fondo, la experiencia de esta convivencia tan especial para nosotros quedará para siempre como algo único e irrepetible. En resumen, poco rastro de heroicidad.
¿Y entonces qué?
A los que nos gusta la música seguían dándonos la matraca con lo de componer una canción para hacer historia. Escribid un temazo que sirva de inspiración a los voluntarios de la actividad de solidaridad. ¡El momento es irrepetible, hay que aprovecharlo!
Es verdad que los meses anteriores a la pandemia los colegiales de Santillana habían realizado muchas actividades de voluntariado, como reparto de alimentos, acompañamiento de ancianos, desayunos solidarios por el centro de Madrid, el “Painting for Others” o la campaña “Una sonrisa por Navidad”.
Durante el confinamiento hicimos el lanzamiento del “Wednesday Connection” pero con un éxito relativo. La idea era acompañar virtualmente y ofrecer un rato de conversación a personas afectadas por el virus. Enfermos, personas aisladas y gente mayor. Y nos encontramos con una situación un poco kafkiana: había tal avalancha de voluntarios, que sobraban casi todos…
Total, que en cuanto al dichoso himno, la cosa no me daba ni para pasodoble de fiesta de pueblo. Además, las noticias sobre héroes de verdad, esos que salían al “mundo exterior” a combatir la pandemia, algunos muriendo en el intento, copaban las redes y los medios de comunicación.
Un ejército de gente que se preocupa por la gente
Y sin embargo, contéstame una cosa, ¿te atreverías a afirmar que hay vidas memorables y vidas de pacotilla?
Entonces me acordé de los consejos de Rilke a su aprendiz de poeta. El libro lo tengo leído, releído y subrayado en mil sitios. Lo abrí por la página 23 y allí estaba: «Si su vida cotidiana le parece pobre, no se queje de ella; quéjese de usted mismo, dígase que no es bastante poeta como para conjurar sus riquezas: pues para los creadores no hay pobreza ni lugar pobre o indiferente».
Y no solo eso. Hay unas palabras de san Josemaría que me inspiran desde hace muchos años; aquello de «hacer endecasílabos de la prosa de cada día».
Y entonces lo vi: «un ejército de gente que se preocupa por la gente», multitud de personas como yo, sin salir de casa, «soldados sin pegar un tiro» y me vino claramente la idea de que «en retaguardia no se está tan mal si tienes un motivo».
Vídeo de la colaboración con la Cruz Roja Española en la organización de una campaña solidaria para poder ayudar a la gente más necesitada de sangre en esta crisis del COVID-19 (27 de mayo de 2020)
Ahora sí tenía historia. Es la historia de todos nosotros, que hemos estado encerrados en casa esta temporada. No una historia sino infinitas, no solo un héroe sino millones, realizando incontables misiones que nunca nadie descubrirá. La canción era más que un himno. Era un homenaje.
Si te gusta escribir o componer conocerás esa experiencia única que se vive cuando rompes el bloqueo creativo. Es el momento en el que todo cuadra. Pero todavía me faltaba algo. Y estando precisamente en ese punto, aterrizan en mi móvil las palabras del papa Francisco del pasado 19 de abril: «Pero esta pandemia nos recuerda que no hay diferencias ni fronteras entre los que sufren: todos somos frágiles, iguales y valiosos. Que lo que está pasando nos sacuda por dentro».
Una plataforma para conectar universitarios solidarios
Dicen que los mejores artistas son los que roban a los mejores, así que le birlé al papa la guinda para mi estribillo:
«Gente,
que se preocupa por la gente.
De colores muy diferentes
y aunque no pensemos igual…
En esta guerra de trincheras
entre el pasillo y la escalera
hay un ejército de gente
sin diferencias ni fronteras».
Ya que has llegado hasta aquí me gustaría compartir contigo un pequeño “insight”: para mi lo más importante de esta pandemia comienza ahora. Tenemos que aprovechar todo ese ejército de gente buena para lanzar una ofensiva y ganar las guerras que de verdad importan.
En el colegio mayor Santillana y aprovechando el tirón de buen humor y ganas de ayudar de tantos, hemos creado la plataforma www.ProyectoGente.com donde conectamos universitarios de Madrid que sientan la necesidad de ayudar a los demás con proyectos solidarios. Y a todos aquellos que quieran colaborar económicamente con nuestras causas. Con especial afecto buscamos ayuda para el proyecto Jordania 2021 que realizaremos en favor de refugiados iraquíes y sirios en Amán.
No somos una macroestructura, ni pretendemos arreglar el mundo. Nuestra misión es más sencilla: formar y sensibilizar a los jóvenes ante las necesidades de los que les rodean.
Por eso recuerda:
«No olvides el humor si bajas el perro al parque.
No olvides descubrir el oro de cada instante.
No olvides el amor, florece por todas partes.
Se está mejor en casa, que en cualquier lugar».