Estábamos pasando una situación económica difícil y teníamos que pagarle las vacaciones a nuestra empleada, que lleva con nosotros trabajando desde hace 33 años, y no había de dónde…
Le recé a Dora pidiéndole que nos ayudara. Ese mismo día, por la noche, llegó mi esposo con un cheque por la misma cantidad que debíamos pagarle a nuestra empleada. Se lo había dado un señor a quien mi esposo había ayudado días atrás en señal de agradecimiento.