Muy humanos, muy divinos (XVI): La obediencia, apertura del corazón
Permanecer abiertos a la voz de Dios nos ensancha el corazón; nos permite estar, como Jesús, en las cosas de nuestro Padre.
Muy humanos, muy divinos (XV): Sencillez, para ver claro el camino
Sabernos mirados por Dios y vivir en el presente: dos actitudes para hacer que nuestra vida sea más sencilla.
Muy humanos, muy divinos (XIV): Para dar luz, palabras verdaderas
Jesús y los primeros discípulos demostraron un gran amor a la verdad, con la seguridad de quien transmite una noticia que llena la vida de alegría.
Muy humanos, muy divinos (XIII): Con todo el corazón
La virtud de la castidad tiene que ver con nuestra capacidad de percibir, aspirar y gozar con lo que llena el corazón humano; nos permite descubrir a Dios en todo.
Muy humanos, muy divinos (XII): Lo que verdaderamente cuenta
El desafío de ser pobre de espíritu viviendo en medio del mundo.
Muy humanos, muy divinos (XI): Y entonces, el mundo te habla
La templanza en el deseo de conocer nos permite alcanzar el corazón de la realidad, y ser almas contemplativas en medio del mundo.
Muy humanos, muy divinos (X): Te seguiré adonde vayas
La virtud de la fortaleza nos permite seguir a Jesús sin depender de las condiciones cambiantes de nuestra vida y de nuestro entorno.
Muy humanos, muy divinos (IX): El don de mirar con Dios
Algunas virtudes que preparan para ser alma contemplativa en medio de lo ordinario.
Muy humanos, muy divinos (VIII): La batalla de nuestra formación
En este octavo artículo nos detenemos en algunas actitudes y consejos que nos disponen mejor para ser semilla fértil en nuestro lugar en el mundo.
Muy humanos, muy divinos (VII): Nuestro trabajo, levadura de Dios
En este séptimo artículo descubriremos algunas virtudes del trabajo que se esconden en una imagen que usó Jesús: la de aquella mujer que hace pan para muchas personas. El desafío es transformar nuestras tareas diarias en amor para quienes nos rodean.