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"Sueño con que voy a cambiar mi país"

Dos colegios accesibles para familias de escasos recursos en El Salvador hacen soñar a sus estudiantes. Son ejemplos de iniciativas sociales impulsadas por el Beato Álvaro Del Portillo en diversos países, con la colaboración de muchas personas.

Iniciativas

La oración de los padres por los hijos

En Quebec, Álvaro del Portillo asegura a una madre que Dios oye siempre las oraciones de los padres por sus hijos.

Documentación

Un hombre sin fronteras

Un sucinto repaso a algunas de las obras sociales y educativas que impulsó monseñor Álvaro del Portillo, ayuda a entender por qué gente de tantos países acudió a su beatificación en septiembre pasado. Los beneficios tangibles a personas y familias concretas se cuentan por muchos millares, a los que seguramente superan los intangibles.

Vivir las virtudes humanas

Luchar por vivir todas las virtudes, porque todas son importantes, es uno de los consejos que ofreció en Quebec Mons. Álvaro del Portillo.

Documentación

Caricias de Dios

Palabras del beato Álvaro del Portillo sobre el dolor y la enfermedad, pronunciadas durante un viaje pastoral a Australia.

Documentación

El Papa es el padre común de los cristianos

Sídney, 1987: el beato Álvaro habla a familias australianas del cariño al Papa, sucesor de Pedro.

Documentación

“Su visión sobrenatural me hizo mucho bien”: el beato Álvaro habla de Isidoro

En abril de 1944, el beato Álvaro del Portillo escribió un testimonio sobre Isidoro Zorzano, a quien trató desde 1935. Entre otras cosas, recuerda su preocupación por los demás, su laboriosidad, lealtad y fe. Presentamos algunos párrafos del testimonio del beato Álvaro.

Favores

Frutos de la Comunión

Durante una visita pastoral a Barcelona, en 1989, el beato Álvaro del Portillo habló de algunos de los efectos de la recepción de la sagrada Eucaristía.

Documentación

Hablar de Dios solamente

Mi único oficio, afirmó en París el beato Álvaro del Portillo, es hablar de Dios.

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Convertir el trabajo en oración

En París, Mons. Álvaro del Portillo explicó que podemos ofrecer a Dios nuestro trabajo bien hecho.

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