Trabajar por amor
¿Para qué trabajamos? ¿sólo para subsistir? ¿para llevar adelante una vida sin problemas? La ocupación profesional tiene una relación directa con la felicidad, cuando nace y se ordena al amor, como se explica en este editorial.
Transmitir la fe (1)
En la propia familia se forja el carácter, la personalidad, las costumbres... y también se aprende a tratar a Dios. Una tarea que cada día resulta más necesaria, como se señala en este editorial.
Formación de la personalidad (VIII): Crecer: un proyecto en familia (I)
Nadie llega al mundo por accidente; cada uno vale mucho, lo vale todo. El valor de la propia vida se aprende, sobre todo, en la familia, lugar para la forja de la personalidad.
El eje de nuestra santificación
El trabajo es, para muchos cristianos, una de las actividades principales donde buscar la santidad. San Josemaría se refería a la actividad laboral como al "quicio de nuestra santificación". Este editorial expone ese mensaje.
Formación de la personalidad (VII): empatía: Sentir con los demás
Para vivir la caridad hay que comenzar reconociendo en el otro a alguien digno de consideración, y ponerse en sus circunstancias. Se trata de tener empatía, tema de un nuevo editorial de la serie sobre "Formación de la personalidad".
Educar la afectividad
Los afectos son imprescindibles para una vida plena. Pero es necesario educarlos para que contribuyan realmente a la felicidad a la persona. Nueva entrega sobre la familia y la educación.
El bien de los hijos: la paternidad responsable (I)
“Un hijo no es sino la síntesis del amor de los cónyuges entre sí, unidos íntimamente al amor de Dios, que crea el alma”. En la serie de textos sobre amor humano, se aborda ahora el don de los hijos.
Un motivo sobrenatural
¿Qué es "Santificar el trabajo"? En este artículo se explica que es darle un motivo, un porqué: un amor a Dios y a los demás por Dios que influye radicalmente en la misma actividad, impulsando a realizarla bien, con competencia y perfección.
Educar en amistad
"El ideal de los padres se concreta más bien en llegar a ser amigos de sus hijos", decía san Josemaría. Sólo así se crea la confianza que hace posible su educación.
Trabajar a conciencia
A quien desea ser santo, no le basta trabajar: debe trabajar bien, empeñándose, aceptando los fracasos, y aprendiendo a vivir las virtudes -como la paciencia o la caridad- en su ocupación diaria. Nuevo texto editorial sobre la santificación del trabajo.