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Mi vida en alta mar

Raymond Lee es marinero en barcos de carga. Desde el puerto de Hong Kong, viaja a todo el mundo. En esta entrevista, cuenta cómo vive su fe en alta mar, ayudado por el espíritu del Opus Dei.

«Yo hacía todo por cumplir, por quedar bien, me sentía obligada»

La lejanía del corazón no siempre tiene que ver con la distancia física. Rosa era una cristiana practicante y no es que tuviera la vida rota, ni que fuera una persona triste, ni que necesitara que Dios le quitara una piedra del zapato. Pero hacía todo lo referente a la religión por cumplir, por quedar bien y por si al Dios de las alturas le daba por castigarla...

El milagro estaba en sus manos

Manuel llevaba muchos años siendo un ateo convencido cuando una noticia amenazó con desequilibrar su racionalidad perfecta: La “milagrosa” curación de las manos de su padre abría las puertas para la canonización del fundador del Opus Dei. En ese momento comenzó su peor pesadilla: los mensajes de “habéis salido en el periódico”, “en las noticias”, los titulares de “el médico que le dio la santidad a Escrivá de Balaguer”… Y un billete a Roma que, por supuesto, se negó a aceptar.

«Cuando pones primero a Dios, Él multiplica tu tiempo»

Nina Lagdameo explica cómo compaginar una carrera profesional exigente con la educación de tres hijos.

Escuchar a los jóvenes: «¿Hablo con Jesús o le tengo miedo al silencio?»

Mariam es una joven keniana, estudiante de Ingeniería, convencida de que se puede escuchar a Jesucristo en las experiencias ordinarias de nuestra vida.

«Dejé de rezar porque no se cumplía nada de lo que pedía»

La adolescencia es un momento crítico para la fe de una persona y, en el caso de María, fue el principio de un “hasta luego” que le duró hasta los 47 años. A esa edad todo le iba de maravilla. ¿Todo? Por dentro se sentía totalmente vacía, insatisfecha... Y un día, sin más motivo, le “apeteció” ir a Misa.

​Ulf y Birgitta: dar testimonio de la fe en Estocolmo

Ulf y Birgitta han abrazado recientemente la fe católica. El pasado abril acudieron a saludar a monseñor Fernando Ocáriz en Estocolmo, durante la visita pastoral del prelado a Suecia.

Orietta: «Yo necesitaba a Dios»

Una fe cristiana vivida sin ganas condujo a Orietta al budismo. Durante 10 años fue guía de quienes siguen esa filosofía de vida. El ejemplo y el respeto de su marido la acompañaron de vuelta a la fe.

«Mi vida se iba por el desagüe y me agarré a aquel papel como a un clavo ardiendo»

A los 50 años, después de 28 trabajando como directivo de una gran empresa, José tuvo una fuerte crisis. ¿Profesional? ¿Personal? ¿Existencial? Tenía una buena familia, un buen trabajo, estaba reconocido y ganaba dinero. Pero él, que había estudiado la carrera de Bellas Artes con la ilusión de ser pintor, se sintió de repente con media vida ya pasada y sin apenas haber comenzado a vivirla. Entonces, tomó una decisión radical que cambiaría su existencia.

«Tengo todos los pecados. Menos matar. Ponme uno de cada»

Cuando su padre le decía: “Tú estás buscando algo, te digo que acabarás yendo a Misa todos los días”, África se reía. “Sí, hombre, ¡no voy nunca y ahora voy a ir todos los días!”. A veces intentaba acercarse a la Iglesia, pero le parecía imposible: no entendía las palabras del sacerdote, todo le parecía repetitivo… y además tampoco lo necesitaba. Estaba totalmente en off.