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Ya estamos metidas de lleno en el semestre académico, y continúa el recuerdo de estas vacaciones, que para muchas (universitarias y bachilleres) fueron no sólo ocasión de descanso, sino también de crecimiento personal.
Apoyo a los desplazados por el invierno en Gachancipá (Cundinamarca), actividades recreativas para niños en Gachancipá y Soacha (Cundinamarca), en Coveñas (Sucre) y en todos los lugares, clases de catequesis y un sinnúmero de visitas a familias necesitadas, son algunas de las actividades que se realizaron en esta ocasión.
Quienes participamos en estas actividades, tuvimos la oportunidad de compartir con los más necesitados, y llevarles un poco de alegría y optimismo. Fue también una gran alegría poder colaborar en lo que se refiere al culto de la Eucaristía, en la recuperación de las bancas de la Iglesia de Ginebra (Valle) y en la restauración de la Capilla del Santísimo en la Vereda de la Trinidad (Boyacá).
Estas actividades, en las que se viven intensamente durante una semana o más, las obras de misericordia que son manifestación del verdadero espíritu cristiano, dejaron huella en cada una, pues experimentamos que estando dispuestas a dar algo de sí a los demás, recibimos mucho más.
Fueron jornadas de trabajo intenso, de convivencia amistosa y de aprendizaje para la vida; ocasión de ahondar en el trato con Dios, divertirnos y enriquecernos a través de la convivencia y el servicio a los demás, que esperamos repetir en las próximas vacaciones.