Numeraria. Esta barranquillera es fiel de la prelatura desde 1982. Médico especialista en radiología oncológica. Ha realizado pasantías de especialización en hospitales con tecnología de punta en este área en ciudades como Barcelona y Boston, entre otros. Actualmente trabaja en el Instituto de Cancerología en Bogotá.
P. ¿Cómo es tu vida en el Opus Dei?
R. Soy Numeraria y soy médico. Mi vida transcurre de manera corriente. Mi vida la dedico a luchar por ser y hacer el Opus Dei cada día.
P. ¿Cómo cambió tu vida desde que perteneces a la Prelatura?
R. La vocación al Opus Dei, le confirió a mi vida una nueva perspectiva, en la que la jerarquía de las cosas de la vida adquirieron un nuevo enfoque, más realista y trascendente. Después de la llamada he seguido haciendo lo mismo pero esforzándome por poner más amor de Dios, por amor a Él y sabiendo que en eso me juego la vida eterna.
P. ¿Cómo combinas tu trabajo y tus demás ocupaciones con tu entrega en el Opus Dei?
R. Igual que cualquier otro colega que se esmeran para que les alcance el tiempo, especialmente en una ciudad con un tráfico pesado como Bogotá. Le pido a Dios que me de la gracia del orden y del aprovechamiento del tiempo para hacer rendir el día. Comienzo la jornada muy temprano, a las 4:30 de la mañana. Hago media hora de oración y un ratico de lectura espiritual; luego marcho hacia el Hospital y allá asisto a la Santa Misa.
A las 7:00 estoy iniciando las consultas médicas y atención de pacientes en tratamiento. Trato de encontrar el rostro de Cristo en cada uno de mis pacientes y me esmero por mostrarles a Cristo en mi, con una faceta amable y humanitaria de la Medicina en que no sólo reciban de mi la mejor atención profesional sino que también encuentren comprensión y por eso rezo y ofrezco mortificación por cada uno de mis pacientes.
Luego asisto a las Juntas médicas de pacientes con tumores especiales y difíciles de tratar y después me voy a la otra Clínica privada a hacer lo mismo con otros pacientes y colegas. Al terminar la jornada laboral llego a la Casa y me dedico a hacer lo que me corresponde como Subdirectora de la Casa y Directora de San Gabriel.
Cuando se me ocurre pensar que estoy haciendo mucho, y empiezo a auto compadecerme con los síntomas del “síndrome de víctima”, me comparo con mis colegas que están casadas y son también amas de casa, y me encuentro con resultados alentadores. No estoy haciendo ni más ni menos. Con la diferencia quizá de que yo lo he asumido como misión dentro de una llamada y me esfuerzo por hacerlo ofreciéndoselo al Señor por amor, esmerándome por cumplir lo que Él me pidió hacer, poniendo esfuerzo cada día. Igual hago cuando siento el cansancio y me duele la cabeza, entonces me digo, mis pacientes sufren más, ellos tienen cáncer, yo sólo tengo este dolor de cabeza y sigo adelante con una sonrisa en la cara.
Sigo trabajando uniendo mi sacrificio a Jesús en la Cruz, que hizo muchísimo más por cumplir con amor la voluntad de su Padre. Y así me esfuerzo por hacer de mi jornada una Misa, como hacía nuestro Padre.
P. ¿Eres feliz? ¿ Por qué? R/ Si soy feliz .
R. Soy feliz porque he experimentado más de una vez que soy hija de Dios. Soy feliz porque se pone contento cuando hago lo que me pide. Soy feliz porque estoy haciendo lo que tengo que hacer, lo que Dios me pidió que hiciera cada día. Al responderle que sí a Dios en el Opus Dei, le encontré sentido a mi vida. Comprendí para qué me quería Dios en el mundo. No he dejado mi profesión, todo lo contrario, ella hace parte de mi vocación. No he dejado mi familia, a ellos los tengo en mi corazón más cerca que nunca y no he dejado de ser feliz, al contrario, mi vida es una sinfonía, llena de aventuras a lo divino.
P. ¿Qué relación tiene tu familia con el Opus Dei?
R. Muy cercana, pero no pertenecen al Opus Dei. Aceptan y respetan mi vocación.