«La Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz les ha ayudado a redescubrir o reafirmar el sentido vocacional de su sacerdocio»

Santiago Martínez, director del Centro de Estudios Josemaría Escrivá, explica en esta entrevista los orígenes y primer desarrollo de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, con motivo de la publicación del libro “Párrocos, obispos y Opus Dei. Historia y entorno de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz en España, 1928-1965”.

Portada del libro “Párrocos, obispos y Opus Dei. Historia y entorno de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz en España, 1928-1965”

El historiador e investigador Santiago Martínez presenta su más reciente obra, Párrocos, obispos y Opus Dei. Historia y entorno de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz en España, 1928-1965. 

Este libro ofrece una exploración profunda y documentada sobre la relación entre el Opus Dei, los sacerdotes diocesanos y los obispos españoles, enmarcando el papel de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz como un instrumento clave de apoyo espiritual y humano al clero secular en España.


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🎥 Entrevista al autor del libro 


La Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, fundada por san Josemaría Escrivá, proporciona a los sacerdotes diocesanos una guía espiritual para integrar su vida personal y ministerial, fomentando en ellos su fidelidad al Evangelio y una vivencia coherente de su vocación sacerdotal.

El autor indaga en su libro los inicios de esta Sociedad que, como otras asociaciones clericales que surgieron a mediados de siglo XX, buscó reforzar la dimensión espiritual del sacerdocio. En concreto, destaca la preocupación del fundador del Opus Dei por el clero secular, ofreciéndoles un ambiente de hogar y fraternidad para afrontar los desafíos pastorales y humanos cotidianos, a fin de fortalecer su misión en sus respectivas diócesis.

En esta entrevista, Santiago Martínez, director del Centro de Estudios Josemaría Escrivá, explica algunos elementos claves del proceso de formación de la Sociedad sacerdotal de la Santa Cruz.

¿Qué te motivó a investigar este tema?

Desde que estudiaba la carrera en Sevilla me interesó el papel del clero católico como protagonista de la Historia. Como apenas había estudios sobre los sacerdotes españoles, decidí adentrarme en su estudio. Después de cinco años de trabajo, finalmente he podido publicar este libro.

Mi intención era dar voz a los protagonistas, tanto vivos como fallecidos. Por un lado, entrevisté a unos doscientos veinte sacerdotes diocesanos españoles —y también a algunos obispos— ordenados en las décadas de los años cincuenta y sesenta del siglo XX. Muchos de ellos pertenecen a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. Por otro lado, con los sacerdotes fallecidos, el "diálogo" fue a través de sus textos. Consulté numerosas cartas y documentos en el Archivo General del Opus Dei, el Archivo Apostólico Vaticano en Roma y otros repositorios. También buceé en revistas para el clero y leí bibliografía especializada.

En fin, dediqué tres años a documentarme, uno a escribir y otro más a revisar y pulir el manuscrito. Un proceso largo, pero muy enriquecedor.

El Opus Dei ofreció al clero lo mismo que a los laicos: aliento y compañía en el camino de la vida, invitándolos a santificarse en su día a día

No es sencillo resumir para los lectores un libro de varios cientos de páginas, pero ¿cuáles son los principales temas que se tratan?

Quise que el título dejara claro su contenido, de un vistazo. Párrocos, obispos y Opus Dei analiza la relación entre tres protagonistas: los sacerdotes diocesanos españoles, sus obispos y el Opus Dei. Todo esto, en un contexto de enorme preocupación en la Iglesia por el clero secular, cuyas condiciones materiales y, en ocasiones, espirituales eran deficientes.

En el período que analizo, de 1928 a 1965, el Opus Dei ofreció al clero lo mismo que a los laicos: aliento y compañía en el camino de la vida, invitándolos a santificarse en su día a día. Para los sacerdotes, esto significaba encontrar a Dios en sus ocupaciones pastorales, normalmente en parroquias rurales y entre gente sencilla.

Los obispos, por su parte, desempeñaron un papel decisivo al aceptar o rechazar ese ofrecimiento, lo que generó una dinámica compleja que el libro analiza en profundidad.

¿Cómo fue la acogida de los sacerdotes diocesanos al Opus Dei y qué aspectos influyeron en ella?

La Santa Sede aprobó en 1950 que los sacerdotes diocesanos pudieran pertenecer al Opus Dei, que en ese momento era un instituto secular compuesto por laicos y sacerdotes numerarios, quienes recibían la ordenación para atender pastoralmente los apostolados de la Obra. A partir de febrero de 1952 los primeros sacerdotes diocesanos, procedentes de Salamanca, Cádiz, Gerona y Vic, comenzaron a solicitar su admisión.

La incorporación de sacerdotes diocesanos al Opus Dei tuvo un ritmo variable, que creció de manera sostenida con el tiempo. En las entrevistas y la documentación identifiqué dos factores clave que contribuyeron a esta acogida. De un lado, los sacerdotes valoraban el acompañamiento espiritual y humano que recibían, lo cual les permitía vivir una fuerte experiencia de fraternidad sacerdotal. De otro, la Sociedad sacerdotal les ayudaba a redescubrir o reafirmar el sentido vocacional de su sacerdocio, renovando su impulso espiritual y pastoral.

¿Cuántos sacerdotes se incorporaron a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz?

Un total de seiscientos veinte solicitaron la admisión en la Obra entre 1952 y 1965. Sin embargo, más significativo que la cifra es el impacto que generaron. Estos sacerdotes, en su mayoría rurales, difundieron el mensaje de la llamada universal a la santidad entre sus feligreses y otros sacerdotes amigos. Un mensaje que estaba en el centro del carisma del Opus Dei y en el magisterio del concilio Vaticano II. O sea, que dieron un renovado impulso espiritual y pastoral a sus comunidades.

Hasta aquí has comentado la acogida que tuvo entre sacerdotes, pero ¿qué pensaban los obispos españoles?

Sintetizando mucho, diría que –de noventa prelados que hubo en España entre 1950 y 1965– una mitad estuvo a favor y la otra mitad tuvo recelos hacia esta iniciativa del Opus Dei para el clero que, como dije al principio, Pío XII y la Santa Sede habían aprobado en 1950.

Los prelados favorables vieron al Opus Dei como un aliado para el cuidado pastoral de jóvenes sacerdotes que daban sus primeros pasos en pueblos rurales (justamente, quienes más interés tuvieron por la Obra), dejados de la mano de Dios, pues a las diócesis no les era sencillo ayudarles. Los obispos recelosos pensaban que el Opus Dei interfería entre el obispo y sus sacerdotes, y que la Obra dañaba la obediencia de estos al prelado.

¿Esto último era así?

Pienso que no, pero lo relevante no es mi opinión sino las fuentes (especialmente los epistolarios de estos sacerdotes), que se mueven siempre en el plano genuinamente espiritual. Según contaban ellos mismos, en la guía espiritual se les orientaba a obedecer, hablar, rezar ante situaciones difíciles o problemas con su obispo u otros curas. Por supuesto, tampoco se les aconsejaba descuidar sus encargos pastorales: todo lo contrario. De hecho, como dije antes, el Opus Dei les atrajo porque les ayudaba a ser mejores sacerdotes.

Josemaría Escrivá siempre mostró una gran preocupación por el clero diocesano, lo cual marcó profundamente su enfoque pastoral

El 28 de marzo de 2025 es el primer centenario de la ordenación sacerdotal de Josemaría Escrivá de Balaguer, que mucho tuvo que ver con todo esto que has contado. ¿Podrías explicar la visión del fundador del Opus Dei respecto al sacerdocio?

Josemaría Escrivá mostró siempre una gran sensibilidad hacia el clero diocesano, lo cual marcó profundamente su enfoque pastoral. Conocía las virtudes, pero también los desafíos que afrontaba el clero secular español y el de otros contextos geográficos. Por ello quería ofrecerles un hogar espiritual dentro de la Obra, mediante sacerdotes numerarios que fueran acogedores, con convicciones firmes y con herramientas prácticas para desempeñar su labor pastoral.

San Josemaría enfatizaba que la ayuda al clero diocesano era algo fundamental para la Iglesia. Desde los primeros pasos del Opus Dei en 1928, supo que la misión de la Obra era «servir a la Iglesia, como Ella quiere ser servida». Y, por eso, también dirigió a ellos el mensaje de la santidad en lo cotidiano, como lugar de encuentro y servicio a Dios, a la Iglesia y a la gente.