Viajar desde Bogotá a Tunja, capital del departamento de Boyacá, es recorrer la denominada ruta libertadora, que llevó a un grupo de personas a buscar la independencia de España en 1819.
Es también andar por un camino en los que la historia ha dejado su huella, que comienza con el Puente del Común, frente a la Universidad de La Sabana y que sirvió para apaciguar los ánimos en la famosa revolución comunera de 1781, hasta el emblemático Puente de Boyacá.

También es la ruta para observar puntos donde se originaron momentos de la historia nacional como Chocontá, municipio donde se instalaron las antenas en 1969 para que los colombianos pudieran ver la llegada del hombre a la Luna.
Mientras se avanza por los 140 kilómetros de carretera que hay entre Bogotá y Tunja, es posible ver a los más destacados pedalistas que compiten en las carreteras europeas, la geografía del camino es óptima para entrenar, ya que Bogotá está a 2600 metros de altura y Tunja está entre 2,820 y 2,947 metros. Esta región es grande en ciclistas y atletas, pero también en diversos emprendimientos de cuero, cultivos de papa, cebolla, zanahoria, maíz, cebada y otros de la canasta familiar.

Al comenzar la mañana y terminar la tarde, Tunja provee a sus ciudadanos y visitantes de un frío que llega de varios páramos cercanos y que hace valientes a los madrugadores.
Es una región trabajadora, histórica, deportiva y cultural. Sus edificaciones religiosas, entre ellas 64 parroquias, datan de varios siglos, con decorados muy españoles, adornadas con cuadros de Vásquez Ceballos y pintores del renacimiento.

Pero además, en un alto de la ciudad, en el barrio El Topo, está la Virgen del Milagro, venerada desde 1628. Cada primer domingo de junio se realiza una procesión que atraviesa buena parte de la ciudad desde la Plaza de Bolívar y a la cual asisten miles de personas. Según la tradición dos hermanas religiosas de un convento, vieron en 1628 una luz brillante y una imagen de la Virgen María en una cortina de lienzo. Los habitantes de la ciudad, con tan sólo 89 años de existencia en ese momento, y de poblaciones vecinas comenzaron a visitar el lugar y las autoridades eclesiásticas dieron fe de esa aparición.

Durante todo el año, en especial en junio y en agosto, miles de personas acuden a rezarle a la Virgen y asistir a una de sus misas que se celebran en la Iglesia del Topo.
Hace 25 años un grupo de supernumerarios empezaron a visitar a sus amigos de esta ciudad y meses después esos tunjanos y otros boyacenses se hicieron cooperadores del Opus Dei. Comenzaron a dictarse los primeros medios de formación como círculos, cursos básicos y unos cuántos retiros dictados en aulas de colegios, salones comunales y algunas casas de amigos.

Cuando llegó la pandemia del Covid-19 se interrumpió la presencia física, pero siguieron con los círculos de manera virtual. Algunos de los participantes ya no viven en la ciudad e incluso se fueron a otros países, pero cada semana están atentos al llamado de la reunión para seguirla por internet.
Hace unos meses, desde el Centro Sabana, ubicado en Chía, determinaron reanudar los viajes a Tunja, con un sacerdote, supernumerarios y cooperadores para reanudar esa labor de nuevo en Tunja, y atraer también a varios amigos de municipios cercanos como Paipa, Duitama y Sogamoso.

Así nacen diversas iniciativas y apoyos. Carlos Alberto ofreció las instalaciones del Gimnasio Campestre del Norte de Tunja, colegio de su familia y donde además es vicerrector, para tener allí la actividad y en diciembre del 2024 se tuvo el primer retiro.
¡Sé alma de Eucaristía! Si el centro de tus pensamientos y esperanzas está en el Sagrario, hijo, ¡qué abundantes los frutos de santidad y de apostolado! Forja, 835
En los últimos nueve meses han podido viajar los cuartos viernes. El encuentro principal es para hacer un retiro mensual, que tiene varias actividades; la lectura y charla se tienen en un salón múltiple y el examen de conciencia, la meditación y la Misa en el oratorio del colegio, que ya se está quedando pequeño por el número de asistentes. Quienes van de Chía suelen pasar la noche en un hotel cercano y el sábado a primera hora se celebra Misa en ese mismo sitio a la que acuden los Cooperadores, sus amigos y sus familias.

Desde Chía además viaja Edgardo, otro supernumerario que tiene una hermana en esa ciudad y que se ha encargado de dar la charla del Retiro en un par de ocasiones. Otro mes fue Álvaro, también supernumerario y experto en temas de familia, y les dio una interesante charla, motivándolos a mejorar las relaciones de familia y a hacer más apostolado.
Retiro de noviembre #DesdeCasa (2025)
— Opus Dei Colombia (@OpusDeiColombia) November 3, 2025
Esta guía es una ayuda para hacer por tu cuenta el retiro mensual, allí dónde te encuentres, especialmente en caso de dificultad de asistir en el oratorio o iglesia donde habitualmente nos reunimos para orar https://t.co/Jd6d2GZ2Xx
En otro viaje Edgardo invitó a la Misa del sábado a un sobrino nieto suyo, que estudia ingeniería en una universidad local y se mostró muy interesado en empezar a participar de los Retiros y a llevar a sus amigos.

Además de Carlos Alberto, asisten con regularidad Héctor, Gustavo, Alberto, Darío y algunos más. La amistad crece y eso facilita que se consolide este nuevo inicio de la labor en Tunja, de la que fue pionero, en esa primera etapa, Humberto Arbeláez, supernumerario, fundador y empresario de medios de comunicación, quién dejó huella, de hecho muchos lo recuerdan con mucho cariño y a Hernán Olano, Notario en la ciudad quién prestaba su oficina y acercó a muchos de sus amigos a ese inicio de la labor en el año 2001, varios de los cuáles asistieron a la Canonización de San Josemaría en Roma en el año 2002.
En Centro Sabana siguen con la tarea de impulsar esa labor en Tunja, una ciudad que está en el corazón de todos los colombianos y ahora en el corazón de la labor de la Obra en Colombia.

