Jorge Yarce Maya: Vivió feliz con un corazón enamorado

Falleció rodeado de sus amigos el 18 de julio al medio día en Bogotá, sus exequias se realizaron el día 20 de julio.

El 18 de octubre de 2010, Jorge Yarce Maya, escribió uno de sus pensamientos titulado “Vida vivida”:

Criatura, oye con atención: busca y ama siempre la vida vivida.

La sabiduría viene de ahí, nace de los avatares del amor, si le infundimos el fuego del alma.

Lo decía el hombre bueno: “lo que se necesita para ser feliz es un corazón enamorado”.

Quiere a través de todo, no pienses en ser correspondida, sino en amar de verdad.

Avanza desprendida de todo lo que eres y tienes, no te sueltes de tu alma.

Quiere y espera, la respuesta de los otros llegará porque sí.

Jorge Yarce Maya vivió para trabajar intensamente, ofrecer cada instante de su vida al Señor, pasar con estoicismo cada una de las pruebas, soñar con un mundo en paz, crear, luchar, tener un millón de amigos, sonreír, respetar, valorar a las personas y vivir para ser feliz.

En su poema, recuerda el punto 795 de Surco de San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei:

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” (Mt 22, 37; Lc 10, 27).

Lo que se necesita para conseguir la felicidad, no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado.

Nació en Medellín el 14 de noviembre de 1940, amó apasionadamente el mundo.

Se incorporó al Opus Dei como numerario en junio de 1958.

Se doctoró en filosofía en la universidad de Navarra (Pamplona, España), y después obtuvo cursos de postgrado en la universidad de Stanford.

De 1960 a 1962 vivió en Roma y conoció a San Josemaría, fundador del Opus Dei. Roma, para él, le facilitó conocimientos de historia, teología y escritos de los grandes pensadores de la humanidad.

En Estados Unidos, además de aprender el inglés, compartió con otros estudiantes sus anhelos y sus planes para el futuro. Comprendió que la formación en valores humanos, los medios de comunicación y el trabajo serían indispensables.

A su regreso al país fue nombrado director ejecutivo de la Asociación para la Enseñanza –Aspaen--, luego contribuyó en el nacimiento del INSE, que posteriormente se convertiría en la Universidad de La Sabana. Fue consultor de ministerios y de varias instituciones dedicadas a la educación.

Fue el hombre de las amistades. Las tenía de todos los sectores. Desde el lustrabotas hasta candidatos a la presidencia de la república, pasando por abogados, médicos, militares, arquitectos, ingenieros, educadores, padres de familia, periodistas y maestros de construcción.

Con algunos de sus amigos fundó la Corporación Promotora de Medios de Comunicación PROMEC, donde dedicó buena parte de la programación a la difusión de valores humanos y familiares como “Dialogando”, y novelas con narrativas sobre las virtudes humanas.

Al mismo tiempo fue director de Arco, la revista del pensamiento colombiano, donde escribieron catedráticos, analistas políticos, escritores y muchos, muchos poetas que le impulsaron a escribir decenas de versos.

Organizó su agenda con un plan de vida que iba desde la Santa Misa, la oración, el rezo del Santo Rosario hasta la natación diaria.

Uno de los planes con los cuales más disfrutó fue la realización de tertulias en las que sus invitados hablaron de diversos temas que él planteaba días antes en dos hojas que les enviaba para centrarse en lo que se habría de conversar. “La vida de familia hoy”, “Crisis en la sociedad Siglo XXI”, “La hora de la tecnología”, “La televisión y el hogar”, “Santidad en medio del mundo”, “Trabajo y estudio” o un reciente discurso del Papa. Tertulias y más tertulias. Así conoció y cultivó sus amistades.

Estas reuniones dieron origen también a varias empresas como la realización de programas que rescataran la historia del país, y así nació “Revivamos nuestra historia”, donde se hizo, por primera vez una producción sobre Simón Bolívar, con grabaciones en exteriores y el uso de la más alta tecnología en Colombia.

Con algunos amigos de tertulias durante el lanzamiento de un libro

Otro de sus grandes logros lo constituyó la creación y el montaje de la Agencia de Noticias Colprensa. Logró la unión de los medios regionales, gracias a la amistad con la mayoría de ellos y con la idea de promover un periodismo de punta en Colombia.

Columnista de docenas de medios y escritor de más de 60 obras sobre Valores Humanos, Cómo hablar en público, poemas, pensamientos, televisión y familia.

Después de su paso por Promec y Colprensa fundó con un grupo de amigos el Instituto Latinoamericano de Liderazgo, que le permitió dictar conferencias en universidades, empresas y entidades nacionales e internacionales en más de una docena de países.

En los últimos años, a pesar de sus problemas de salud, nunca dejó de incentivar las tertulias y la amistad. Recibió a sus amigos con una amplia sonrisa, con las preguntas por la familia y un chocolate.

Decenas de personas que recibieron sus charlas, sus consejos, sus ayudas o participaron en sus tertulias expresaron sus agradecimientos al filósofo, pero más al amigo que escribió: “Vale la pena salir de sí, ir más allá. Trascender, con firmeza, hacia los otros. Cruzar, subiendo cada vez más alto. Y poder entregar el don superior. Lo que no puede tener medida alguna. Dar del alma que nunca se agota”.

Falleció rodeado de sus amigos el 18 de julio al medio día en Bogotá, sus exequias se realizaron el día 20 de julio.