En una vereda de Bucaramanga con gente pobre

En los días de Semana Santa, un grupo de estudiantes y profesores del Gimnasio Saucará de Bucaramanga realizaron una convivencia con sentido social en la vereda “El Corregidor”.

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La vereda "El Corregidor" está ubicada a pocos kilómetros de Bucaramanga. La idea era emplear estos días en labores sociales y de catequesis con los pequeños de una zona muy pobre de la región.

Fue grande la alegría y la sorpresa de los niños campesinos por el hecho que un grupo de estudiantes dedicaran esos días a estar con ellos, en vez de ir de vacaciones a otros lugares más turísticos. Para los estudiantes de Saucará también fueron muy satisfactorios estos días, pues conocieron de cerca las necesidades de estas personas que son semejantes a las de muchos colombianos.

La actividad se inició el Martes Santo, llegamos a “El Corregidor” a media tarde. En medio de los preparativos iniciales, la primera sorpresa fue la llegada de un grupo de niños que, apenas advirtieron la presencia de los alumnos de Saucará, los visitaron.  Fue la primera experiencia, para muchos de ellos, de conocer de primera mano las necesidades que tienen gran número de personas y que viven relativamente cerca de Bucaramanga.

A la mañana siguiente, muy temprano, salieron para Chocoita, otra vereda un poco apartada y muy pobre. Allí impartieron la catequesis, organizaron algunas actividades de recreación y visitaron a diferentes familias para entregar mercados, regalos y llevar un poco de alegría y solidaridad a los menos favorecidos. Por la tarde, y a pesar del cansancio, realizaron una jornada de recreación y concursos para casi cien niños que los acompañaron.

El Jueves Santo visitaron la cárcel Palogordo. Fue impresionante el testimonio de agradecimiento de los internos y las charlas que tuvieron con ellos quienes los invitaron a acercarse a Dios y a nunca sucumbir a los peligros que acechan en las calles. El Jueves Santo, día de la Institución de la Eucaristía y del Sacerdocio Ministerial, el grupo de estudiantes de Saucará ayudó a preparar la capilla y la ceremonia en la vereda “El Corregidor” junto con algunos campesinos de la región.

El Viernes Santo, desde mucho antes del amanecer, empezaron a llegar peregrinos a la capilla recorriendo el Vía Crucis que termina en la misma puerta, algunos de los cuales caminaron más de cuatro horas. Fue un día de mucho trabajo  y por la noche, a pesar del cansancio, los jóvenes estaban alegres y ya decididos a que el próximo año, volverían a emplear estos días para formarse y llevar un poco de alegría a los más necesitados.