En Santa Marta bajo la suave brisa de la “Sierra Nevada”

El Centro lo hemos organizado entre todas, con las donaciones y ayudas que cada una puede hacer y con el apoyo de las nuevas amigas que van llegando a la labor.

Santa Marta fue la primera ciudad fundada por los españoles en Colombia: más exactamente por el sevillano Rodrigo de Bastidas, quien pidió permiso a los reyes para organizar una villa en tierra firme. Al recibir la autorización, recorrió la costa atlántica desde el Cabo de la Vela y el 29 de julio de 1525 encontró la bahía más linda de América: Gaira. Justo ese día, se recordaba la Fiesta de Santa Marta de Betania y entonces el adelantado y conquistador denominó el poblado con el nombre de la patrona de aquella memorable fecha: Santa Marta.

Él fue también quien le puso nombre al río de la Magdalena, en homenaje a la santa de tiempos de Jesús.

Ciudad de Santa Marta

La ciudad está ubicada en una tierra privilegiada y es llamada también como La Perla de América, La Ciudad dos veces santa, El Balcón de América, entre otros. Es, en definitiva, un pequeño edén. Además de su playa, su mar tranquilo, su vegetación, cuentan sus habitantes con la brisa que les proporciona la cercanía a la Sierra Nevada. Santa Marta también ha pasado a la historia porque allí falleció el Libertador, Simón Bolívar en 1830.

La portentosa montaña posee el pico nevado más alto de Colombia con 5775 metros, el Gonawindua como lo llaman los indígenas Kogui, pero que también es conocido como el Pico Cristóbal Colón.

Quinta de san Pedro Alejandrino

En una situación muy particular, Monseñor Puccini, sacerdote de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y del Opus Dei, fue nombrado el 9 de diciembre de 1977 como obispo por el Papa Pablo VI y le encargó trabajar en Barranquilla.

Monseñor José Mario Bacci Trespalacios obispo de Santa Martay el padre Javier Abad en el centro Sierra Nevada

Diez años después recibió la misión de dirigir como obispo la diócesis de Santa Marta y, este hecho fue ocasión para comenzar con la labor del Opus Dei en la región.

De inmediato surgieron iniciativas apostólicas, tanto masculinas como femeninas, para conocer aspectos de la Iglesia, del Papa y de la Obra.

El nombramiento de monseñor Puccini como obispo de la ciudad, también le supuso la tarea del dirigir el Seminario Mayor. Viajó a Valencia, España, e invitó al sacerdote Bernardo Cuenca para que fuera el orientador espiritual de los futuros sacerdotes.

Un día llamó a Manira, supernumeraria quien vivía en Santa Marta, y le comentó: “Ha llegado un sacerdote que está dispuesto a atender a las mujeres que deseen participar en los apostolados del Opus Dei en Santa Marta”.

“Yo fui a su primera misa que ofició en el Monasterio de las Hermanas Concepcionistas. Hablamos y de inmediato organizamos charlas, cursos, retiros espirituales y confesiones en diversos lugares que nos prestaban, como salones comunales de unidades residenciales o de las parroquias como la de La Eucaristía en el barrio Bavaria”, recuerda ahora Manira.

“Éramos como 18 señoras y luego consideramos que sería bueno tener una sede fija. Así tuvimos un primer centro. El nombre salió de la manera más sencilla, pero con un profundo significado: “Sierra Nevada”. Fue una votación unánime; hoy ya muchas de esas señoras son supernumerarias del Opus Dei y varias decenas cooperadoras. El Centro lo hemos organizado entre todas, con las donaciones y ayudas que cada una puede hacer y con el apoyo de las nuevas amigas que van llegando a la labor. Ahora mismo estamos ocupando la tercera sede del Centro, que por ahora está en comodato; estamos en campaña de oración para tener la sede definitiva que pueda dar aún más impulso a la labor”, relata con alegría.

En la actualidad, los sacerdotes Javier Abad Gómez y Lope Carvajal tienen a su cargo la dirección espiritual de las personas que acuden al centro. “De Bogotá nos enviaron candelabros y un altar que, según sabemos, fue el primero que hubo en Colombia en la sección femenina del Opus Dei. Nos alegra cuando el padre Javier nos dice que el mejor sitio que ha encontrado Dios está en este oratorio y en esta bondadosa ciudad”, continúa Manira.

Son muchas las actividades que se les ocurre sacar en el Centro a las participantes de las actividades, algunas enfocadas a señoras casadas, jóvenes universitarias, niñas de colegios, abuelas, en fin, siempre hay una actividad a la cual apuntarse no importa la edad, condición social o habilidad.

Una de las actividades más exitosas últimamente es la de cursos sobre etiqueta social y protocolo, cursos que fueron bien recibidos por las jóvenes, pero además, por varias empresas para capacitar a sus empleados.

El concepto de lo que es la etiqueta social es usado para referirse a aquellas normas que debemos respetar en ciertos lugares, el ceremonial de usos, costumbres y estilos. La etiqueta social deja en claro cómo hay que comportarse, vestirse, presentarse ante una situación. Es común que se hable de que hoy en día se han perdido un poco las normas de respeto ante las autoridades, los padres, los lugares de culto etc.

Catedral de Santa Marta

Es por eso que llaman la atención las charlas con invitadas especiales y los talleres que se han dictado para las jóvenes que están deseosas de aprender temas como protocolo, etiqueta y modales. “¿Qué es el protocolo?, ¿qué es la etiqueta?, pero también ¿qué es la autoestima?, temas que impulsan a las jóvenes a conocer el sentido de la vida y a emprender nuevos trabajos.

Otro tema interesante ha sido el “Taller para las abuelas”, que congrega a personas que ya han tenido esta experiencia y enseñan a las quienes van llegando: cómo son los nietos, cómo ser una buena guía con esos niños y no solo las que les “alcahuetean” sus gustos, se le enseña a que sean un apoyo a los padres en la formación y crianza, sin quitarles esa autoridad.

Señoras de municipios cercanos llegan a Sierra Nevada con la intención de recibir formación cristiana y de participar en alguno de los talleres. Aprenden y disfrutan de la brisa que proporciona la enorme montaña y las enseñanzas del Señor.

“Si algo nos caracteriza es que buscamos que nuestras familias sean hogares luminosos y alegres, como nos enseñó San Josemaría Escrivá de Balaguer", comenta Manira.

En cada una de sus meditaciones, charlas o cursos, el padre Javier Abad Gómez recalca: “¡Cómo se siente de bien el Señor en nuestra amada Santa Marta!”.

Y no es sólo una expresión del sacerdote, es también el sentimiento de miles de personas que conocen esta región.