A las once de la mañana del 16 de agosto del 2024, el Prelado llegó al aeropuerto de Rionegro donde fue recibido por varias familias que le expresaron su cariño con flores, mensajes y le dieron la bienvenida a la capital antioqueña.
Se trató también de la cuarta visita de un Prelado a Medellín. En 1983 estuvo el beato Álvaro del Portillo y, en otras dos oportunidades, monseñor Javier Echevarría, 2001 y 2015.

Luego se trasladó al Centro Cultural Timonel donde estuvo rezando en el oratorio, almorzó y recibió a familias no sólo de Medellín, sino de varias ciudades del departamento y de otros sitios del país.
El Padre terminó en la ciudad su visita a Suramérica porque por motivos de la situación en Venezuela no pudo culminarla en Caracas como estaba planeado.
En las horas de la tarde acudió al City Hall, un centro de eventos de la ciudad, para recibir a familias, profesionales, hombres y mujeres, adultos y jóvenes, de diversas condiciones sociales y oficios que participaron en esta tertulia, la última programada de su visita a Colombia. Llegaron de Envigado, Sabaneta, Bucaramanga, Manizales, Barranquilla, Cartagena, Cali y de países como Ecuador, Panamá y Venezuela.

En la tertulia envió un mensaje de amistad y cariño tanto para sus hijos e hijas de Venezuela, a través de María Gabriella Nicholiccia, Secretaria Regional y del P. Ignacio Rodríguez, vicario de la región del Caribe.
Pidió a los asistentes que se unieran a sus oraciones por la pronta solución a la situación por la que atraviesa esa nación y expresó que su deseo es viajar pronto a esa tierra para darle un saludo a la Virgen de Coromoto.

Mauricio –quien ofició como anfitrión de la tertulia--conoció la Obra gracias al primer miembro en Colombia, el sacerdote Nacho Gómez, de quien aprendió hasta jugar béisbol y comentó que desde hace siete años forma parte de esta hermosa familia llamada Opus Dei.

Natalia, la otra anfitriona, una publicista y supernumeraria desde hace diez años en la Obra y diez de matrimonio, felizmente casada y madre de Mariana y Agustín.

El Padre agradeció la presencia de todos los asistentes y dijo que le daba mucha emoción al conocer un poco la extensión de la labor de la Obra en Colombia, transmitiendo el Evangelio con alegría y recordó una frase de Efesios grabada en un oratorio del Opus Dei para reflexionar sobre el trabajo que se debe seguir. “Acerquémonos con confianza al trono de gracia para que alcancemos la misericordia”. Con humildad y cariño debemos trabajar y recordar que a pesar de las circunstancias siempre nos esperará el amor de Dios”.

Mauricio recordó “que en septiembre del 2023 el Grupo Vocal del Colegio Aspaen Alcázares viajó a Roma e interpretó varias canciones al Papa Francisco en San Pedro, y a usted, Padre, en Villa Tevere” El grupo interpretó, entonces, “Primavera” de Vivaldi.

Susana Gómez, supernumeraria, de 23 años, de profesión pastelera, trajo un pastel para ofrécele al Padre y que si le gustaba le mandaba uno más para que llevara a Roma, ante la carcajada general del auditorio.

“Santificar el trabajo supone trabajar bien, no hacer chapuzas, cosas mal hechas, como nos decía San Josemaría. No le podemos entregar a Dios una cosa mal hecha, hacer las cosas bien para que el Señor las tome como algo suyo, por eso debemos ofrecerlo bien hecho, antes de comenzar a trabajar dispongamos unos tres segundos, para decirle al Señor: esto lo hago por ti. Otra cosa importante es el orden. Es una virtud que debe estar siempre y de esta forma el trabajo será más agradable”.

Una familia caleña le preguntó sobre cómo cuidar a los hijos. “La base fundamental está en el cariño, en la forma como traéis a los hijos. San Josemaría le decía en una ocasión a un matrimonio: quereos mucho, como al principio y toda la vida hay que buscar positivamente el bien de ella y ella el bien de él. Querer de verdad”.
Luego un grupo de estudiantes le plantearon que la nueva fórmula de Einstein E=mc2 era E: Esperanza, M: Mundo y C: cariño.}

El Padre, físico de profesión, manifestó que era muy importante buscar maneras para querer a la gente. “Querer a la gente es querer a Jesucristo. El egoísmo no da la felicidad, sólo la tristeza. Procuremos en nuestro ambiente ser sembradores de paz y de alegría, olvidarnos de nosotros, preocuparnos por los demás”.
También un sacerdote de Aguas Frías en Belén, barrio de Medellín, manifestó su gusto por ser el párroco de la Parroquia de San Josemaría y le pidió que lo orientara en su determinación de pertenecer a la Sociedad de la Santa Cruz.

“Es necesario mirar cómo se vive el día a día, pegados al Evangelio. Enseñar que la esencia del cristiano es el amor a los demás. Recordar que la parroquia es el núcleo de la Iglesia y debemos animar a conocer y a tratar a Jesucristo”, dijo el Padre.
Doña Lucía Londoño de Ramírez, una supernumeraria de 90 años –con unos 50 en la Obra--le preguntó al Padre cómo hacer vivir esa alegría de estar en el Opus Dei a las nuevas generaciones.

“No tenemos más ley para hacer la Obra, que la oración. Estar pendientes de la Eucaristía y del trabajo, convertido en oración, ser unas personas más ordenadas”, le sugirió.

Estaban allí también un comercializador y productor de papa de la Unión, madres de familia que adelantan varias obras sociales en diferentes municipios, con matrimonios, adultos mayores y enfermos.

El Padre pidió una canción más y el coro del colegio Alcázar entonó “Esa”, un vallenato de José Vásquez y con las estrofas de “Cuál es la que llora/ cuando ve que estoy sufriendo/ cuál es la que calla/ cuando no hay para comer,/ esa, la que está en la casa/ por nuestro hijo viendo/ la de temple de señora y talla de mujer”, terminó la tertulia.

El Padre, luego de la tertulia, fue recibido en Guaycoral, una casa de retiros del Opus Dei, en La Ceja Antioquia, donde bendijo un oratorio, una imagen de la Virgen, dejó unos árboles sembrados en recuerdo de su visita y descansó de su jornada por Sudamérica.

El martes 20 de agosto, al medido día, partió para Roma, dejando entre los colombianos sentimientos de alegría por tenerlo en el país y de agradecimiento por sus atenciones y palabras que dijo a cada uno en las diversas reuniones y tertulias.