Soy estudiante de la Facultad de Negocios Internacionales de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín.
Me gusta el deporte y actualmente pertenezco al equipo de natación de la Universidad.
Mi encuentro con la Obra me ha llevado a cambiar mucho mi forma de pensar, sobre todo en las prioridades que tengo en la vida: he aprendido que Dios está por encima de cualquier trabajo, examen, responsabilidad; que hay que dedicarle a Él nuestro tiempo y Él hará con nuestras vidas lo que considere mejor.
Y como somos sus hijos, todo lo que nos dé será bueno: no me refiero a comodidades o cosas materiales, sino a enriquecer nuestras almas para que estemos más cerca de Él. Yo sé que esto es obvio para muchas personas , pero para mí es algo especial, que me ha servido mucho para conseguir la paz interior en momentos de preocupación, y a organizar las cosas dando prioridad a lo que es realmente importante en esta vida.
Para mí, el Opus Dei es como un teleférico que nos facilita subir hasta la cima de una montaña empinada y rocosa (nuestra vida), y nos evita tomar el camino dificultoso. Desafortunadamente, muchas personas no lo ven de esa manera y deciden tomar el camino que requiere más esfuerzo, porque les da miedo o piensan que es mucho compromiso abordar el teleférico.