Por: Carolina Jaramillo
Inmersión, esa es la palabra que define los dos días en los que ‘viajamos’ a Roma exclusivamente a hacer un recorrido por los Museos Vaticanos, especialmente por la Capilla Sixtina.
Un mapamundi señalando la Ciudad Eterna nos recibió en la entrada de “Hacienda la Esperanza”, casa de convivencias en Ginebra-Valle, lugar donde se llevó a cabo la inmersión. En el comedor, los menús de esos días fueron todos italianos y la decoración era la de una trattoria.
Nuestro destino era la Capilla Sixtina, una vez llegamos hasta allí contemplamos cada uno de los maravillosos frescos que recogen la Historia de la Salvación, las Sibilias, los Profetas y el majestuoso Juicio Final. Lo hicimos siguiendo las indicaciones de nuestras “guías”, Tere y Carolina, quienes tuvieron como texto de cabecera el libro de María Ángeles Vittoria: ‘Miguel Ángel, el pintor de la Sixtina’. Cada pintura nos hacía reflexionar sobre alguna de las verdades de nuestra fe católica y nos remitía frecuentemente a pasajes de la Biblia.
El resto del evento fue igual de interesante y entretenido: en las noches íbamos al ‘Cinema’ para ver la película que recreaba aquel momento en que el pintor recibe el encargo del Papa Julio II de decorar la Sixtina (‘Agonía y Éxtasis’). Plasmamos en un lienzo los sentimientos de esos días y al final participamos en varias pruebas, como un concurso de ¿Quién quiere ser millonario?, para evaluar los conocimientos que habíamos adquirido durante la actividad.
‘SOÑAD Y OS QUEDARÉIS CORTOS’, SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ DE BALAGUER
No podíamos irnos sin llevarnos un souvenir como recuerdo de esos días: un imán con la representativa imagen de la Creación, el centro, en todos los sentidos, de la Capilla Sixtina. En las interminables tertulias que hacíamos de sobremesa, nos propusimos darle continuidad a esta iniciativa y concretamos por lo menos 4 ideas de futuros encuentros. Ante todo, nos fuimos con la idea de multiplicar lo que habíamos recibido, de entusiasmar a nuestras amigas y repetir la actividad con público nuevo.
En conclusión, fue una oportunidad de profundizar en la fe a través de esa Biblia abierta que puede ser el arte. Crecimos en nuestros conocimientos de cultura general, profundizamos en una de las maravillas artísticas de la humanidad y también hicimos planes para conocerla haciendo el propósito de ahorrar para viajar al Congreso UNIV del 2020 y vivir esa experiencia en primera persona.
‘Soñad y os quedaréis cortos’, como decía San Josemaría.