Al repasar la continua labor que se ha realizado desde entonces, se verifica una vez más esa confiada y entusiasmante aseveración de San Josemaría: soñad y os quedaréis cortos. A lo largo de estos años es incontable el número de charlas, círculos de formación, retiros espirituales, convivencias y, sobre todo apostolado personal de amistad y confidencia, como enseñó el Fundador, que han tenido lugar. Y no sólo en Bucaramanga, sino desde Bucaramanga, pues no son pocas las acciones realizadas en lugares cercanos: Girón, Floridablanca, Piedecuesta, la Mesa de Los Santos, San Gil, Barichara, Barrancabermeja, Pamplona y Cúcuta.
El recordado doctor David Mejía Velilla (fallecido en el año 2002), intelectual y literato, junto con el P. Javier Abad Gómez fueron algunos de los que comenzaron la atención de la labor en esta zona del Oriente colombiano. El motivo principal fue el traslado de Adolfo Higuera y su señora Ana Lucía, a trabajar en Bucaramanga.
Coincidencialmente, por esos días también la familia Naranjo Junot manifestó su ilusión en que el Opus Dei comenzara la labor apostólica en la ciudad: Jorge Naranjo, medico neumólogo, había conocido la Obra, junto con su esposa Carmen, cuando vivió por razones de estudios, en España.
Se comenzaron pues algunas reuniones de varias familias en sus casas y más tarde en el tradicional Club del Comercio, para difundir las enseñanzas de San Josemaría y poner de presente al Vicario Regional su ilusión en que se empezara de manera estable la labor del Opus Dei en Bucaramanga.
El 19 de septiembre de 1981 se realizó el primer viaje “oficial” desde Bogotá: vinieron el Dr. David Mejía y el P. Horacio Téllez; en los años siguientes se turnaron otros sacerdotes, como el P. Javier Abad, el P. Iván Palacio, el P. Ignacio Gómez y otros laicos y sacerdotes. Generalmente venían cada quince días y permanecían ordinariamente de viernes a domingo.
El primer lugar donde se tuvieron retiros mensuales fue en la cercana y tradicional población de Girón, gracias a la hospitalidad y generosidad de don Mario Serrano Arenas; y más adelante se continuó en Bucaramanga; los viajeros de Bogotá se alojaban en el apartamento de don Manuel Serrano Arenas (hermano de Mario) en la zona de Conucos, y los retiros en la conocida Casa de Bolívar, de don Luis Perú de la Croix. El grupo que se reunía era muy numeroso y entre otros muchos incluía a Jorge Naranjo (qepd), Reynaldo Rodríguez, Gonzalo Afanador, Jorge Chávez (qepd), Luis Durán (qepd), Carlos Alberto Mujica, Luis Ernesto Rodríguez, Luis Ernesto García, Cesar Mejía , Mario Serrano Arenas, Edgar Franco, Guido Maroco, Manuel Arango, Jose Cavanzo, Rafael Ortíz, Jaime González, Jorge Turbay y Fernando Higuera.
En esos años fue invaluable la actividad de Luis Miguel Parra (Lucho), hijo de la recordada Eugenita: Luis Miguel se encargó –con ayuda de los demás y durante largos años-, de coordinar el soporte material, administrativo y financiero de todo lo necesario. Es mucho lo que se le debe a su dedicación, junto con otros Supernumerarios.
Pasados once años de ininterrumpida atención, David Mejía le pasó el palitroque al Dr. Alfredo Velásquez, recordado siempre por su amor al deporte, especialmente el atletismo y el ciclismo. Alfredo viajó quincenalmente desde Bogotá durante nueve años y en 2003 comenzó a vivir en el Centro Cultural Las Palmas junto con el abogado Rafael Hoyos y el P. Luis Carlos Correa. Comenzó así una etapa nueva: la etapa del asentamiento y fortalecimiento de la labor.
Uno de los hitos de la historia fueron los colegios Cantillana y Saucará, para mujeres y para varones, respectivamente, así como el preescolar Yatay. Estas instituciones fueron y son promovidas por padres de familia, que pidieron a la Prelatura del Opus Dei orientar –en lo espiritual y formativo- la tarea de educar a sus hijas e hijos. Durante estos años son ya pléyade el conjunto de egresadas y egresados, con una educación integral de calidad que ocupan diversos lugares de la sociedad no sólo local sino internacional. Las instituciones mencionadas gozan de gran prestigio y confianza por parte de las familias interesadas en una educación de entraña cristiana y gran nivel competitivo.
Además, alrededor de esos tres centros educativos se han desarrollado constantes y efectivas labores de formación, especialmente de los matrimonios y familias, contribuyendo al fortalecimiento de la sociedad bumanguesa y santandereana, entre las que destaca el “FAMOF” (familias que ayudan a otras familias), actualmente liderado por Rogelio Botero y Rocío Álvarez, junto con Juan José Rey y Liliana Rojas.
Son incontables las personas que han contribuido a la labor del Opus Dei en Bucaramanga, por lo que sólo podemos mencionar otras pocas: Gerardo Díaz, Jaime Tarazona, Víctor Alvarez (qepd), Manuel, Galvis, Alfonso Mantilla, Francisco Nigrinis, Luis Guillermo Villamil, Luis Aramburo, Rafael Ospina, Alejandro Rincón, Carlos Bayona, Roberto Jaimes (qepd) y Luis Fernando Archila (qepd).
Soñamos con la Casa de Convivencias que confiamos tener muy pronto. Contamos ya con los terrenos en la Hacienda California, de La Villa de San Carlos y el Pie de La Cuesta (Piedecuesta) donados con tanta generosidad por Gerardo Díaz; también por él se consiguieron las sedes de los Centros Culturales para los hombres y mujeres. Además de los diseños de la futura Casa de Convivencias que están en elaboración, nos encontramos en este momento en plena campaña para obtener los recursos entre tantas personas e instituciones en el Oriente colombiano, que conocen el bien que se hace con un instrumento como ese. Estamos seguros de que se hará realidad y nos quedaremos cortos.