“Busco a Dios en la cocina”

Testimonio de la Sra. Lucía Fonseca, quien actualmente vive en Bogotá en un Centro de la Prelatura del Opus Dei.

El Opus Dei en mi vida ha supuesto miles de cosas buenas, tantas que, si las enumerara una por una, no terminaría. Acabo de cumplir 25 años de conocer esta maravilla, y no cambio por nada el momento en que mi mamá me habló de la Obra.

A lo largo de estos años he aprendido a valorar las dificultades, a servir a los demás, y lo más importante, a “vivir con Dios”, no sólo estando cerca de una iglesia o capilla, sino a vivir con Dios en el corazón. En todo lo que hago sé que Él me ve y me oye; si hay dificultades, se las cuento, aunque Él las sabe, pero así lo trato como al mejor amigo y Él me ayuda a solucionar las cosas, porque sé que me quiere mucho… y los proyectos, la vida familiar, la amistad con otras personas, no los vivo yo sola: sé que Dios está allí,  y le pregunto cómo puedo ayudar a los demás y valorarlo a Él por encima de todo.

Otro punto, pienso, es darle valor a cada cosa, sin exagerar los problemas –que además los permite Dios–, aprovecharlos para crecer por dentro… Por ejemplo, aprender a sonreír ante una contrariedad, ver la mano de Dios en todo, o como solía decir San Josemaría, ver con los ojos de Dios. Así, la vida cobra un sentido de eternidad; es vivir en el cielo y en la Tierra.

Finalmente, pienso que el mejor modo de agradecer esta maravilla es buscar otros corazones que empiecen a vivir el espíritu del Opus Dei, de manera que llegue a todos los rincones este estupendo mensaje.