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«La tele cambió mi vida»

Gabriela trabaja en una boutique de diseño de moda en Valencia, está casada y tiene tres hijas. Pasó muchos años alejada de la fe. Pero un buen día, hace ahora ocho años, se encontró con Dios haciendo zapping, en vísperas de la Semana Santa.

Conversión de mi mamá

Mis padres cumplían 50 años de matrimonio, pero mi madre no quería celebrarlo.

Favores

«Éramos una familia que sentía que se estaba destrozando»

“La Virgen salvó nuestra familia y nuestro matrimonio”. Quien así habla es Josué, padre de familia, cuya conversión comenzó en septiembre de 2017 en la Jornada Mariana de la Familia que se celebró en el santuario de Torreciudad (Huesca). En los siguientes meses recibió el Bautismo, la Confirmación, la Primera Comunión y celebró sacramentalmente su matrimonio.

​Hyeunmin y su cita de las 12,00 h.

Aunque no era creyente, Hyeunmin acompañaba todos los días a una amiga del trabajo a rezar el ángelus en una iglesia durante la pausa laboral. Así inició su camino a la fe en Seúl (Corea).

Mi vida en alta mar

Raymond Lee es marinero en barcos de carga. Desde el puerto de Hong Kong, viaja a todo el mundo. En esta entrevista, cuenta cómo vive su fe en alta mar, ayudado por el espíritu del Opus Dei.

El milagro estaba en sus manos

Manuel llevaba muchos años siendo un ateo convencido cuando una noticia amenazó con desequilibrar su racionalidad perfecta: La “milagrosa” curación de las manos de su padre abría las puertas para la canonización del fundador del Opus Dei. En ese momento comenzó su peor pesadilla: los mensajes de “habéis salido en el periódico”, “en las noticias”, los titulares de “el médico que le dio la santidad a Escrivá de Balaguer”… Y un billete a Roma que, por supuesto, se negó a aceptar.

«Dejé de rezar porque no se cumplía nada de lo que pedía»

La adolescencia es un momento crítico para la fe de una persona y, en el caso de María, fue el principio de un “hasta luego” que le duró hasta los 47 años. A esa edad todo le iba de maravilla. ¿Todo? Por dentro se sentía totalmente vacía, insatisfecha... Y un día, sin más motivo, le “apeteció” ir a Misa.

Orietta: «Yo necesitaba a Dios»

Una fe cristiana vivida sin ganas condujo a Orietta al budismo. Durante 10 años fue guía de quienes siguen esa filosofía de vida. El ejemplo y el respeto de su marido la acompañaron de vuelta a la fe.

«Mi vida se iba por el desagüe y me agarré a aquel papel como a un clavo ardiendo»

A los 50 años, después de 28 trabajando como directivo de una gran empresa, José tuvo una fuerte crisis. ¿Profesional? ¿Personal? ¿Existencial? Tenía una buena familia, un buen trabajo, estaba reconocido y ganaba dinero. Pero él, que había estudiado la carrera de Bellas Artes con la ilusión de ser pintor, se sintió de repente con media vida ya pasada y sin apenas haber comenzado a vivirla. Entonces, tomó una decisión radical que cambiaría su existencia.

«Tengo todos los pecados. Menos matar. Ponme uno de cada»

Cuando su padre le decía: “Tú estás buscando algo, te digo que acabarás yendo a Misa todos los días”, África se reía. “Sí, hombre, ¡no voy nunca y ahora voy a ir todos los días!”. A veces intentaba acercarse a la Iglesia, pero le parecía imposible: no entendía las palabras del sacerdote, todo le parecía repetitivo… y además tampoco lo necesitaba. Estaba totalmente en off.