31 nuevos diáconos
El próximo sábado 3 de noviembre, en la basílica de San Eugenio (Roma), el Prelado del Opus Dei conferirá el diaconado a 31 candidatos de 13 países diversos. La ceremonia iniciará a las 16 horas.
'Yo estuve allí': Sofía Ortúzar, universitaria
Sofía viajó a Roma con su familia para la canonización cuando tenía 11 años. Sus recuerdos de aquel 6 de octubre de 2002 son los de una niña que vivió con especial cariño aquellos momentos tan especiales y diferentes, "nunca había estado en una misa 'tan grande'", nos cuenta.
'Yo estuve allí': Mons. Juan Ignacio González, Obispo de San Bernardo
Mons. Juan Ignacio González no estuvo en Roma hace diez años... ¿o sí?... él mismo nos lo cuenta.
'Yo estuve allí': Juan Guillermo Agüero, ingeniero comercial, y Rosario Ureta, abogada
Este matrimonio viajó a Roma con la familia para la canonización. Ambos guardan un gran recuerdo de aquel 6 de octubre de 2002.
'Yo estuve allí': Carlos Poblete, ingeniero comercial
Carlos era un colegial cuando viajó a Roma para la canonización en plan mochilero. Recuerda el ambiente en la plaza San Pedro y lo que disfrutó con sus amigos paseando por las calles de Roma. Además de la canonización, les dio tiempo para disfrutar de un partido de fútbol en el estadio olímpico de Roma. "Sé que San Josemaría hubiera estado muy contento", comenta respecto a su plan 'futbolero'.
'Yo estuve allí': Benjamín Toro, jardinero
"Fue todo espectacular" Benjamín resume así su experiencia en la canonización y guarda de ese día un recuerdo 'imborrable'.
'Yo estuve allí': Sylvia Wielandt, recepcionista
Una semana antes de la canonización le llamaron para viajar a Roma y no lo dudó, "San Josemaría me dio la oportunidad y me atrajo". Del día de la canonización recuerda el ambiente familiar y de fiesta, "fue extraordinario".
'Yo estuve allí': Andrés Castillo, huaso
Andrés viajó a Roma con su traje de huaso. "Fue lo más lindo que pasé", recuerda de su experiencia en la plaza San Pedro.
'Yo estuve allí': Gabriela Albornoz, profesora básica
Gabriela participó como voluntaria en la canonización y tuvo la suerte de encargarse de los arreglos florales del altar en la plaza San Pedro.