El arzobispo Vincent Concessao dirigió unas palabras a los presentes antes de la inauguración de la estatua. Citando a Pío X dijo que la Iglesia necesita con urgencia santos.
“Ese fue el mensaje de san Josemaría: todos los bautizados estamos llamados a ser santos. No sólo tiene que haber santos en las hornacinas de las iglesias, sino también en las fábricas, en las oficinas…”
“Da igual cuál sea tu trabajo –dijo dirigiéndose a los fieles- si te ayuda a servir a los demás, y si lo haces por amor, aceptando la voluntad de Dios. De esa forma, podrás identificarte con Cristo y acercarte a Dios Padre”.

Mr. Bernard Alick, un artista indio que pintó la estatua, de resina y 1 metro de altura, pidió ser uno de los primeros en sacar la estatua en procesión, seguido por el arzobispo y otros cinco sacerdotes. La imagen fue colocada en una capilla del baptisterio de la catedral.
Algunos asistentes colocaron ramos de flores junto a la estatua. Leena Khalko, de Jharkhand, solicitó responsabilizarse de que ante el Santo haya siempre algunas flores frescas.