Respuesta Solidaria

El terremoto y tsunami que asolaran doblemente a una gran parte del territorio de Chile ha despertado una ola de solidaridad entre los jóvenes universitarios y escolares del país.

Interior de una de las casas afectadas por el terremoto en la localidad de Hualañé.

Colegios, centros de alumnos, centros de padres y centenares de jóvenes se encuentran trabajando en varias iniciativas de ayuda a las personas damnificadas por el terremoto y posterior tsunami.

Desde colegios donde la Prelatura del Opus Dei presta asistencia espiritual se han organizado distintas iniciativas. Por ejemplo, partieron desde el colegio Los Andes, dos camiones cargados de alimentos no perecibles, colchones, loza, frazadas, sacos de dormir, remedios y agua envasada hacia las localidades de Iloca (Curicó), Pumanque y Peralillo (VI Región).

El colegio Los Alerces está canalizando su ayuda a la parroquia de Lampa y a familias cercanas al colegio que han resultado damnificadas. Reciben colchones, toallas, artículos de aseo y alimentos no perecibles. En cuanto puedan, esperan enviar también ayuda a Concepción.

También desde centros de la Prelatura se está colaborando. Las jóvenes que acuden al Centro Cultural Espoz han centrado su ayuda principalmente en la parroquia de San Saturnino, en el centro de Santiago, zona que por tener casas antiguas, ha sufrido grandes daños con el sismo.  

Algunas universitarias han partido a Litueche, para llevar auxilio inmediato a familias del sector y conocer sus necesidades concretas.

Casa de adobe que después del terremoto quedó con su estructura dañada.

Las jóvenes de Las Compuertasestán juntando ropa de recién nacido para llevar a los hospitales de Rancagua. 

Un panorama impactante

Algunas jóvenes del club Las Compuertas salieron en auto hacia el pueblo de Hualañé, en las cercanías de Curicó. Su objetivo era llegar a Hualmapu, un caserío arriba de un cerro muy empinado al que sólo se puede acceder a pie, a caballo o en un vehículo todo terreno. Les habían asegurado que había gente que, mediante un pago, las podrían subir. Pero no encontraron a nadie. En el camino, los habitantes de los pequeños poblados salían de sus casas y las recibían como si fueran sus salvadoras. Todavía no había llegado nadie a socorrerlos porque son localidades muy alejadas. No tenían víveres, luz ni agua. Hombres y mujeres contaban llorando que habían perdido sus casas y estaban aterrados con las réplicas.

“El panorama era impactante, cuenta Francisca. Todo estaba en el suelo. Pero sólo llevábamos ayuda para las familias de Hualmapu, así que no podíamos ofrecerles más que palabras de aliento y cariño.”

Finalmente, tuvieron que subir el cerro a pie. Fue una hora y media de caminata por un cerro de rocas y tierra. Algunas iban con sus mochilas cargadas con frazadas, harina, velas y fósforos. Las otras, llevaban colchonetas.

Cuando llegaron arriba, se encontraron con una mayoría de adultos mayores. “En una sola familia, había tres, recuerda Fran, un señor de más de ochenta años y dos señoras de mucha edad. Sólo quedó en pie la parte trasera de la casa, más nueva y de cemento. Ahí, apiñados, se protegen en las noches. Pero siempre con el susto de que el resto de la casa de adobe se desplome con las réplicas y los sepulte.”

Francisca recuerda que al verlas, los pobladores se pusieron a llorar. Su nivel de desesperación y de angustia era tremendo. “Comenzamos por subirles el ánimo, a darles confianza y paz, con una mirada de fe. Luego les ayudamos a ordenar un poco sus casas, a cubrir los techos rotos con el plástico. Pero lo que más hicimos fue oírlos. Necesitaban hablar, desahogarse. Cuando nos fuimos, después de anotar todo lo que necesitamos traer cuando volvamos para ayudarles en la reconstrucción, estaban más esperanzados.”

Para más información: www.colegiolosandes.cl, www.losalerces.cl 

Para ayudar:

Depositar en la cuenta:

Nombre Beneficiario: Fundación Las Arenas

Banco BCI

Número cuenta corriente: 58237437

Swift: CREDCLRM

Ciudad: Santiago

País: Chile