El aborto es una lacra que el Papa Francisco quiere exterminar y con ese objetivo ha cuestionado a la sociedad con fuerza desde que comenzó su pontificado, llamando continuamente a los fieles a manifestarse públicamente y, a través de la oración, en contra de este mal: “todo cristiano debe dar el testimonio evangélico de proteger la vida con valor y amor en todas sus fases. Los animo a hacerlo siempre con la actitud de la cercanía, de la proximidad: ¡Que cada mujer se sienta considerada como persona, escuchada, acogida, acompañada!'', aseguró en un encuentro con miembros de los Movimientos por la Vida Italianos en abril de este año.
En esta lucha por proteger la vida en todas sus etapas y ad portas del año de la Misericordia, concedió, en una carta dada a conocer esta semana, a todos los sacerdotes la facultad de poder absolver a todas las mujeres arrepentidas quienes se hayan practicado un aborto. “He decidido conceder a todos los sacerdotes para el Año jubilar, no obstante cualquier cuestión contraria, la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden por ello perdón", señala en su misiva.
Su decisión, explicó, está fundamentada en que: “uno de los graves problemas de nuestro tiempo es, ciertamente, la modificación de la relación con la vida Una mentalidad muy generalizada que ha provocado una pérdida de la debida sensibilidad personal y social hacia la acogida de una nueva vida”. Agregando que si bien “algunos viven el drama del aborto con una conciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de ese tipo. Muchos otros, en cambio, incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener otro camino por dónde ir. Pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto. Conozco bien los condicionamientos que las condujeron a esa decisión. Sé que es un drama existencial y moral". (Lee la carta enviada por el Papa Francisco a los sacerdotes aquí)
En la misma línea, el cardenal Arzobispo de Santiago, Monseñor Ricardo Ezzati ha asegurado que con el aborto "justamente quien está más abandonado es la persona indefensa que no tiene posibilidad de defenderse, y eliminarlo de esta manera es sin duda un crimen muy grande". Agregando que si se llegase a aprobar la ley que se está discutiendo en el Congreso, “Chile pierde”.
La labor de los laicos en la lucha contra el aborto
Monseñor Ezzati también ha afirmado que si bien en la Iglesia "no estamos llamados a organizar manifestaciones", en el ámbito social y político "los laicos tienen una tarea indispensable". Asegurando que son ellos los primeros responsables de la acción pública.
Este sábado 5 de septiembre, organizaciones chilenas pro vida han organizado una manifestación pacífica a las 11:00 horas en 33 ciudades de Chile. Más de 40 referentes participarán desde Arica a Punta Arenas en una manifestación que consistirá en familias vestidas de blanco. “Es un acto de paz y por la vida, sin pancartas, en silencio”, comenta María Paz Vial, responsable de la agrupación Mujeres de Blanco, a cargo de la actividad.
La convocatoria comenzó desde Mujeres de Blanco, pero con el tiempo pasó a formar "Chile de blanco por la vida", y ya se han sumado más de 40 organizaciones, entre las que se encuentran Chile es Vida, conglomerado que representa a más de 60 ONGs que están por acompañar a la mujer con embarazo vulnerable, la Fundación Chile Unido, con amplia trayectoria, Proyecto Esperanza, Red por la vida y la familia, Nadie sobra, Grito silencioso, Influyamos, Manifiesto médico por la vida y Juntos por ellos, entre muchas otras.
"Todas estas organizaciones se suman sin consignas, sin letreros, sin gritos", explicó María Paz Vial.En Santiago, la actividad se realizará en el Templo Votivo de Maipú, lo cual guarda un significado especial, porque es el lugar que mandó a construir Bernardo O'Higgins, "quien era considerado un hijo ilegítimo", destaca.
Para participar, hombres, mujeres, niños, personas de la tercera edad, y todos los que quieran, deben vestirse de blanco y llevar una caja pequeña forrada con papel del mismo color, que represente un pequeño ataúd, con una cruz dibujada y el nombre de un pequeño abortado del cual tengan conocimiento.
El acto durará un tiempo máximo de 20 minutos, por lo que se les pide a los asistentes puntualidad. Vea aquí el tutorial de la actividad para participar.