El Jubileo 2025, con el lema “Peregrinos de esperanza”, es un tiempo de gracia especial en el que la Iglesia invita a todos los fieles a renovar su fe, reconciliarse con Dios y caminar con esperanza. Para ello, ofrece la posibilidad de obtener la indulgencia plenaria, que es “la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel consigue por mediación de la Iglesia, cumpliendo ciertas condiciones” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1471).
Uno de los caminos para recibir esta indulgencia es la peregrinación a un templo jubilar: lugar de encuentro con la gracia, signo visible del amor de Dios y punto de referencia seguro para quienes desean iniciar o retomar un camino de conversión.
Además de realizar la peregrinación a un templo jubilar y participar allí en una celebración litúrgica o en algún acto de piedad, es necesario también cumplir las siguientes condiciones para obtener la indulgencia plenaria:
- Acudir a la confesión sacramental
- Recibir la comunión eucarística
- Rezar por las intenciones del Papa
- Excluir todo afecto al pecado, incluso venial
Estas condiciones pueden cumplirse algunos días antes o después de la visita al templo jubilar, aunque es recomendable que la comunión y la oración por las intenciones del Papa se realicen el mismo día de la peregrinación.
Las indulgencias pueden aplicarse a uno mismo o bien ofrecerse por el alma de un difunto. Es una manera concreta de vivir la comunión de los santos y ejercitar la caridad espiritual.
Este mapa permite consultar de forma sencilla los templos jubilares de todas las diócesis de Chile y puede ser una herramienta útil para organizar peregrinaciones personales, familiares o comunitarias en este año de gracia.
Página del Jubileo 2025: “Peregrinos de Esperanza”
ORACIÓN DEL JUBILEO
Padre que estás en el cielo,
la fe que nos has donado en
tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano,
y la llama de caridad
infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo,
despierten en nosotros la bienaventurada esperanza
en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme
en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio
que fermenten la humanidad y el cosmos,
en espera confiada
de los cielos nuevos y de la tierra nueva,
cuando vencidas las fuerzas del mal,
se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo
reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza,
el anhelo de los bienes celestiales
y derrame en el mundo entero
la alegría y la paz
de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente,
sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.