El Cardenal Errázuriz habla sobre nuestras raíces cristianas en el Centro Aconcagua

El pasado viernes 20 de junio, el Cardenal Arzobispo de Santiago, Monseñor Francisco Javier Errázuriz, visitó el Centro Cultural Aconcagua. En una amena conferencia reflexionó sobre las raíces cristianas de nuestro país y del mundo a la luz de las conclusiones de la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Aparecida y de las enseñanzas del Papa Benedicto XVI.

El Cardenal Francisco Javier Errázuriz; su secretario, el padre Guillermo Green; y don José Miguel Ibáñez.

Alrededor de sesenta estudiantes, de distintas Universidades y carreras, que reciben formación cultural, espiritual y humana en Aconcagua, siguieron muy atentas la exposición. El Cardenal Errázuriz alentó a las alumnas a mantener vigente el valioso patrimonio religioso que ha animado la vida y la cultura de América Latina durante más de cinco siglos, destacando que del encuentro de la fe católica con las etnias originarias ha nacido la rica cultura cristiana de este continente expresada en el arte, la música, la literatura y, sobre todo, en las tradiciones religiosas y en la idiosincrasia de sus gentes. 

El amor a Cristo sufriente –señaló–, el amor al Señor presente en la Eucaristía, el Dios cercano a los pobres y a los que sufren, la devoción a la Santísima Virgen, a los santos y sus fiestas, al Papa y a los demás Pastores, forman el gran mosaico de la religiosidad popular que es el precioso tesoro de la Iglesia Católica en América Latina. Por eso –enfatizó el Cardenal–, el Santo Padre nos responsabilizó en Aparecida –más aún como Iglesia– en la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del pueblo de Dios. 

Sesenta estudiantes universitarias de distintas carreras, que se forman en el Centro Cultural Aconcagua, siguieron muy atentas la exposición del Arzobispo de Santiago.

El Arzobispo de Santiago concluyó su exposición en el Centro Cultural Aconcagua exhortando a las asistentes a involucrarse en la tarea de fortalecer las raíces cristianas de nuestro país. Desafío que ellas acogen al participar con interés en actividades de formación doctrinal y en su compromiso de transmitir la fe tanto en las catequesis que imparten en diversos lugares, como entre sus amigas y compañeras.