Mª José de los Ángeles, España: «He aprendido a encontrar sentido y gratitud en cada decisión difícil que he tomado»
Mª José ha sido agregada del Opus Dei durante 20 años y hace unos cinco aproximadamente dejó de ser parte de la Obra. “Aunque fue una decisión muy dolorosa, he estado muy acompañada y, por supuesto, he sido muy libre. Qué bonito es pensar que cada vocación tiene una misión que es más trascendente que el reloj”, afirma.
Laura, Barcelona: «Fui numeraria 25 años. No considero en absoluto que hayan sido años perdidos»
Laura, médico en Barcelona, fue numeraria del Opus Dei durante 25 años. En 2020, tras un proceso largo de reflexión, decidió dejar la Obra. "El balance es positivo, sin duda. No considero, en absoluto, que sean años perdidos", afirma, y destaca la formación recibida, haber conocido a muchísima gente y haber aprendido a vivir las virtudes con naturalidad.
Luli, Argentina: «La Obra me ayudó a sacar mi propia personalidad, nunca a aplastarla»
Luli tiene 38 años y es originaria de Corrientes, Argentina. A lo largo de su trayectoria, ha cultivado una profunda relación con la gente, destacando su pasión por escuchar, compartir y aprender de las experiencias de los demás. Esta faceta de su vida, que antes no era tan prominente, se ha convertido en uno de los aspectos más enriquecedores de su vocación a la Obra como numeraria auxiliar.
Mª Ángeles, España: «Echo un poco la vista atrás, y pienso que tengo una vida plena»
Mª Ángeles conoció el Opus Dei por casualidad, cuando una profesora del instituto de su pueblo le habló de la oportunidad de vivir en un Centro de Estudio y Trabajo (CET). Allí aprendió sobre todo tres cosas: “Primero, a compatibilizar el estudio y el trabajo, a aprovechar más el tiempo porque en casa no pegaba mucho sello. Luego me ayudó a conocer lo que es la vida cristiana vivida con coherencia. Y la tercera cosa, que condicionó luego el descubrimiento de mi vocación, fue conocer el Opus Dei desde dentro
«Aceptar la vulnerabilidad es condición necesaria para mejorar»
En las 60 Jornadas de Cuestiones Pastorales de Castelldaura de este año se ha reflexionado sobre cómo llevar esperanza a un mundo herido. Estas jornadas, celebradas en Barcelona, son una ocasión para que los sacerdotes adquieran herramientas para reavivar y vivir mejor su ministerio.
Carol, Brasil: «La Obra se convirtió en una extensión de mi familia»
Caroline, de 37 años y originaria de Osasco, Brasil, proviene de una familia donde su padre es peluquero y su madre profesora de matemáticas. Estudió hotelería y realizó un curso de especialización en el sector de servicios. Su vocación a la Obra como numeraria auxiliar la define como "una madre dentro del Opus Dei", destacando que "nosotras sabemos cuidar, como cualquier madre lo haría, y en todos los aspectos". Esto “impacta también espiritualmente, no sólo materialmente”.
Dani, Bolivia: «¡Quién no tiene exigencias en su vida!»
Dani se define como una persona muy competitiva, que siempre aspiraba a más en la vida. Ahora sigue apuntando bien alto, pero desde otra perspectiva: “El Opus Dei para mí ha significado un cambio total en mi vida, porque me ha dado otra visión acerca de para qué estamos acá en el mundo”.
Ilona, Finlandia: «Me gusta pensar en mí misma como alguien con sisu»
El sisu es una palabra finlandesa que se traduce como perseverancia, valentía o determinación. Ilona representa bien este concepto: nacida en un país donde los católicos son una minoría, sueña con cambiar el mundo a través de su trabajo como académica. “Desde la estadística, con datos, hago frente a la polarización. No todo es blanco o negro”, asegura.
Andy, Argentina: «El espíritu de la Obra lo llevo conmigo adonde vaya y en cualquier circunstancia»
Andy es de Salta (Argentina) y estudió gastronomía. Tras muchos años viviendo y trabajando en Buenos Aires, recientemente decidió regresar a su ciudad natal para cuidar de su sobrino: “comprendí que era necesario y que no podía actuar con indiferencia cuando tenía la posibilidad de ayudar”, asegura.
Abi, Australia: «Mi vida estaba llena de cosas, pero no era del todo feliz»
Abi creció en Perth, en la parte occidental de Australia. Allí estudió Patología y Medicina de Laboratorio, además de desarrollaron un montón de aficiones que, sin embargo, no la llenaban del todo: “Tenía tiempo, tenía dinero, tenía oportunidades. Pero sentía que estaba desperdiciando mi tiempo… bueno, no mi tiempo, ¡mi vida!”.