“Un santo con mucho ingenio”: así titulaba La opinión de Málaga un artículo, publicado el 5 de noviembre de 2010, sobre las visitas de Isidoro Zorzano a Frigiliana en la malagueña comarca de la Axarquía. Allí se le recuerda cada año en esa fecha, sobre todo porque acudía con su amigo Ángel Herrero al cortijo Los Almendros y estableció buenas relaciones con la familia De La Torre.
Por aquellos años 30, el pueblo tenía bastantes dificultades con el servicio eléctrico e Isidoro proyectó una central eléctrica en la “Maquinilla”, antigua fábrica de miel de caña, propiedad de esta familia. Con su puesta en funcionamiento, resolvió el problema. Todavía hoy el edificio del antiguo ingenio azucarero es uno de los monumentos más visitados del pueblo.
Isidoro manifestó siempre un cariño especial por Frigiliana, donde pudo estar por última vez un poco antes de la guerra civil española, y, cuando viajó a Madrid, recordaba con nostalgia el color de las adelfas del río Higuerón.
Pero el artículo iba más allá de lo anecdótico: “No había persona tan entregada a los más necesitados, ni con tanta sabiduría para encima haber hecho posible la modernización del ingenio de azúcar que ha llegado hasta hoy. Era muy inteligente y muy desprendido. Estaba enfermo y seguía dejándose la piel por los más pobres”. El periódico, tras recordar esas circunstancias, añade: “Del servicio a la comunidad que prestaba por su condición de ingeniero civil, se le había unido una labor social muy significativa. También en el grupo de colaboradores en el trabajo diario con enfermos, pobres y menores sin recursos, se le unió otro vecino oriundo de este municipio, Ángel Herrero”.
El padre de Antonio Ortega, amigo de Isidoro que lo invitaba a ir a Frigiliana, le decía que Isidoro “fue alguien que dejaba huella nada más oírle, que entre las personas que lo trataron puso bases de ayuda a los demás, de verdadero sacrificio por la comunidad. Su fe era infinita y el amor que dio, al menos aquí en el pueblo de Frigiliana, podemos decir que ha llegado hasta nuestros días”[1].
También en 2010, en Noticias de Frigiliana, se publicó un artículo sobre Isidoro firmado por Paco Ruiz, quien afirma: “Los que le conocimos a fondo pensamos de él, en pocas palabras que: ¡era un santo! Se puede ser santo sin vestir sotana, deseaba hacer el bien a su prójimo. (...) El paso de Isidoro por Málaga dejó huella, como ingeniero de la Compañía de Ferrocarriles Andaluces y como profesor de la Escuela Industrial, donde compañeros y alumnos recuerdan su trabajo alegre, servicial y apostólico”[2].
[1] “Un «santo» con mucho ingenio”, Fran Extremera, 15 de noviembre 2010. En: https://www.laopiniondemalaga.es/axarquia/2010/11/1...
[2] “Isidoro Zorzano, un santo enamorado de Frigiliana”, Paco Ruiz, 5 de octubre 2010. En: https://www.noticiasfrigiliana.com/index.php?option...