Encomendé mi mejoría y trabajo

Soy químico-farmacéutico y desde que me quedé sin trabajo, le encomendé encontrar uno nuevo, en lo cual me ayudó. Sin embargo, esto no es todo ni lo más notable que ha sucedido.

En los meses de junio y julio de este año, tuve unos síntomas raros, de náuseas, mareos que se fueron intensificando en frecuencia y en grados cada vez más fuertes, hasta que tuve que consultar a especialistas: oftalmólogos, neurooftamólogos, otorrinos, neurólogos, etc., con la batería correspondiente de exámenes, para precisar diagnóstico y detectar la causa de esta sintomatología, la que iba en aumento. Desde que empezaron éstos, le encomendé de inmediato este problema de salud a Guadalupe, rezándole a diario, con mucha fe, pidiendo tener un diagnóstico preciso y corroborado, para iniciar un tratamiento y poder mejorarme, y poder dedicar mis energías en buscar un nuevo trabajo.

Pese a ello, con el transcurso de los días todo fue empeorando; fui dos veces a la clínica sin que me diesen un diagnóstico, hasta que la última vez, ingresé por urgencia, con una probable causa de insuficiencia renal aguda, pero aun sin precisar la causa. Al día siguiente, en la visita del especialista y según todos los parámetros de exámenes realizados, indicaban un “mieloma a la medula ósea”, sin precisar la etapa, y que dos días después se descartó, para inmediatamente pensar en “sarcoidosis”, una especie de cáncer benigno de pronóstico incierto, que de ser así era menos malo que el anterior.

Finalmente, y gracias a Dios, también fue descartado por pruebas de resonancia pulmonar para llegar en definitiva a una “nefritis intersticial renal severa” por una sobredosis de vitamina D3 que es reversible con tratamiento farmacológico, el cual ha sido realmente muy eficaz.

Quiero agradecer a la ayuda de Dios por intercesión de la beata Guadalupe, a quien encomendé mi mejoría y trabajo, con la consiguiente sospecha de dos enfermedades cancerígenas y que con la gracia de Dios los exámenes médicos revelaron que eran infundados. Toda mi familia y en primer lugar mi señora y mi padre le encomendaron diaria e intensamente a Guadalupe estas dos intenciones.

Y además, ya tengo dos oportunidades de trabajo gracias a la intercesión de la nueva beata Guadalupe.

G. C. L. – Chile


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