El Opus Dei cumple 32 años en Bolivia

Extracto de la nota del diario Página Siete La Paz - Bolivia

Inauguración del sistema de agua potable, comunidad de Kera La Paz.

El Opus Dei es una institución de la Iglesia Católica que existe hace 32 años en Bolivia. En la actualidad se encuentra presente en diferentes instituciones de ayuda social. Según datos oficiales, los miembros civiles son alrededor de un centenar de laicos y, de ellos, cuatro son sacerdotes, aunque tiene un mayor número de seguidores y simpatizantes.

El trabajo social y espiritual del Opus Dei –que en latín significa “Obra de Dios”– se inició en Bolivia en 1978. Tres fueron los primeros miembros del Opus Dei en La Paz, dos argentinos y un sacerdote boliviano, el padre Danilo Eterovic, quien conoció el Opus Dei en Estados Unidos, cuando trabajaba para reunir dinero para pagarse sus estudios universitarios. Bolivia es uno de los 67 países en los que el Opus Dei está presente. La finalidad fundamental de esta institución es, según sus principios, contribuir a la misión evangelizadora de la Iglesia Católica. Se propone difundir una profunda toma de conciencia de la llamada universal a la santidad y del valor santificador del trabajo ordinario. A pesar de que su expansión y presencia en otras sociedades, ha sido en algún momento criticada y controvertida, en la sociedad boliviana no parece ocurrir este fenómeno con la misma magnitud o intensidad que en otros lugares.

Fundación y desarrollo

El Opus Dei fue fundado por el sacerdote, y ahora santo, Josemaría Escrivá de Balaguer, el 2 de octubre de 1928. Años después se le concede a la institución la primera aprobación diocesana y se establece una solución jurídica para ordenar sacerdotes a través de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. Además, se fundan centros de enseñanza y se difunde el mensaje de “La Obra”, pensamiento del Opus Dei en Europa y América.

San Josemaría Escrivá

El 26 de junio de 1975, Josemaría Escrivá fallece en Roma. En ese momento pertenecían al Opus Dei unas 60 mil personas. El 6 de octubre de 2002, Josemaría Escrivá es canonizado por Juan Pablo II.

Prelado y presencia en Bolivia

El Opus Dei es una prelatura personal de ámbito internacional, es decir una circunscripción eclesiástica compuesta por un Prelado, por un propio clero y por fieles laicos, hombres y mujeres.

Los sacerdotes de la Prelatura provienen de los miembros laicos. Seglares y sacerdotes cooperan orgánicamente en su misión. Los fieles de las prelaturas personales siguen perteneciendo a las iglesias locales, o diócesis, donde tienen su domicilio.

En el mundo, se considera que forman parte de la prelatura unas 87 mil personas, de ellas 1.900 son sacerdotes. América es el segundo continente con más miembros del Opus Dei, son más de 29 mil personas, siendo el primero Europa con alrededor de 49 mil.

Consultado sobre la aceptación y la importancia que tiene Bolivia para el Opus Dei, el padre y vicario de la institución en el país, Diego Piccardo piensa que es vital porque la gente es muy buena y que para los bolivianos seguir a Cristo es fuente de felicidad. “En muchos países  europeos, de los llamados desarrollados, lo que vemos es abundancia de medios materiales, pero espíritus tristes, que no saben valorar la solidaridad y la entrega al prójimo”, señala.

Críticas y desafíos de la institución

Muchos análisis, películas y libros sobre el tema se han publicado en casi todos los lugares por donde el Opus Dei se ha establecido. Sin embargo, en Bolivia las críticas no son tan fuertes o no trascienden hasta llegar al ámbito público. Para Piccardo no hay secretismo en el Opus Dei porque son libres de hacer las actividades de su vida cotidiana, no hay nada escondido.

Respecto a las reglas duras y a la búsqueda de la santidad a través de todas las actividades diarias, señala que “ser santo no es hacer todo bien sino imitar a Jesús en el amor que tiene por todas las personas”. “Uno puede querer mucho a alguien y de vez en cuando equivocarse”, sostiene. El desafío más grande del Opus Dei en Bolivia es, según Piccardo, presentar a Jesús de modo que todos vean su verdadero rostro: un rostro feliz y sonriente. “Las obras son importantes, especialmente para los más necesitados de este pueblo boliviano. Por eso, me gustaría mucho impulsar más obras sociales, aumentar las que ya están funcionando bien y empezar nuevas”, concluye.

Claudia Pau