Arreglar una guitarra, arreglarse las heridas del alma

En las periferias de Roma, muchos chicos encuentran al regresar del colegio un ambiente que les lleva a la delincuencia, las drogas o, en los mejores casos, a una vida aburrida. Reparar una guitarra, aprender bien italiano o hacerse un chequeo médico son algunas de las propuestas extraescolares del centro Elis.

Las “Actividades Extraescolares ELIS” nacieron hace dos años en la periferia de Roma bajo el impulso del presidente y de los docentes del Centro de Formación profesional Elis. Son actividades gratuitas abiertas a todos, con una particular atención a jóvenes que viven en situaciones económicas o sociales difíciles.

“Hablando con los muchachos de la escuela –dice Pierluigi Bartolomei, promotor de las Actividades Extraescolares ELIS- me di cuenta que la jornada tipo del estudiante es casi siempre la misma: escuela, comida, perder el tiempo en el sofá, chatear con los amigos, gimnasio y de nuevo a casa. Los muchachos llegan por la mañana a la escuela exactamente como salieron el día anterior. En vidas así predomina el aburrimiento”.

“Me pregunté: ¿cómo es posible que si necesito comprar mozzarella encuentro el supermercado abierto a cualquier hora del día y de la noche mientras que para estos muchachos la escuela cierra a las 2? Alargando la jornada escolar algunas horas damos la posibilidad a los muchachos de encontrar un lugar acogedor, familiar”.

Lo primero que hay que hacer, señalan los impulsores, es recuperar humanamente a los muchachos, algunos de los cuales provienen de barrios degradados de la capital italiana, como Tor Bella Monaca o San Basilio, que viven en casas de acogida o llegaron a Italia sobre en un barco. “Es necesario proponer una escuela atractiva y hacer desparecer el miedo que lleva a los muchachos a la desesperación, que a veces se trasforma en el consumo de drogas y alcohol”.

El proyecto "Abeja obrera"

Cuando termina la escuela “ordinaria”, a las 14 h, comienzan las actividades extraescolares. La escuela de hostelería SAFI-ELIS ofrece la comida de modo gratuito: de esta manera, muchas familias pueden ahorrarse cinco comidas a la semana. Luego se charla con un invitado que da un testimonio o profundiza sobre un tema formativo.

A continuación, se estudia. Jóvenes del Instituto San José de Merode, acuden al ELIS para estudiar junto con estos chicos, pues en compañía de otros –particularmente, si están más acostumbrados a pasar horas sin moverse de la silla- se estudia mejor.

Después del estudio es el momento de las actividades formativas y deportivas. Una de ellas se basa en arreglar cosas: un viejo equipo de música medio abandonado, una guitarra eléctrica, etcétera. “Arreglar algo estropeado no solo hace que los chicos reconozcan su valor, sino casi que se identifiquen con el objeto arreglado. Esto enseña a los jóvenes que de una herida sanada puede renacer una forma de belleza superior”.

Así ha nacido el proyecto “Abeja obrera”. Los muchachos van a las casas de los habitantes del barrio de la escuela, Casal Bruciato, y realizan reparaciones y pequeñas intervenciones de manera gratuita. El cerrojo de una puerta, la junta de un grifo, el armario que no cierra, la cama que cruje, una lámpara dañada, la pintura de una habitación.... Estas pequeñas reparaciones tienen el objetivo de hacer más agradable a las personas mayores o de las personas que viven en la indigencia dentro del barrio.

Jóvenes que participan en las actividades extraescolares.
Redimirse o acabar en la cárcel

A un pequeño grupo de muchachos juzgados por delitos penales se les ofrece la posibilidad de redimirse participando en las “Actividades Extraescolares ELIS”. Son evaluados por el Tribunal que los condenó y si el periodo de prueba es positivo se le absuelve.

“Lucas –cuenta Pierluigi Bartolmei es un muchacho de un barrio periférico de Roma. Gran apasionado del rugby, entró en contacto con personas equivocadas y comenzó a drogarse con esteroides y a comercializar con ellos. Un cliente lo denunció a la Policía. El Tribunal de Menores le dio la oportunidad de rehacerse en el Elis y empezó a dar clases de italiano a extranjeros. Ahora es también de gran ayuda en la organización de las actividades deportivas”.

A veces los muchachos que llegan del Tribunal viven en situaciones sociales realmente extremas, como Giacomo, hijo de una mujer del Abruzzo y de un manush. “El muchacho –continua Pierluigi- vivía desde pequeño en un ambiente de criminalidad. Ha crecido con un cuchillo en el bolsillo. Desde los 11 años, él y su familia vivían en una zona deprimida de la periferia de Roma, y Giacomo pasaba su tiempo libre relacionándose con grupos criminales hasta que fue detenido tras un atraco a mano armada”.

El tribunal le sugirió que pasase por el Elis y aquí se rehízo. Ahora Giacomo, cada día que entra en la escuela, se para delante de la imagen de la Virgen y dice una oración. Además, hace pequeños favores: recoge la mesa con los voluntarios, coloca el tatami para las clases de judo o trabaja en el huerto. Ahora, Giacomo está terminando un curso para ser pizzero.

Gracias a voluntarios médicos, se ha puesto en marcha el servicio “Que pase el siguiente”. Para estas visitas no hace falta pedir cita, códigos fiscales o tarjeta sanitaria: “Los muchachos de las periferias que viven en un estado de abandono –explica Pierluigi- y los jóvenes que desembarcan en Lampedusa después de haber atravesado el mediterráneo en pateras son los clientes habituales a los que prestamos la máxima atención posible. Si hace falta, se les envía a servicios de atención oficial, pero la primera revisión la hacemos aquí”.

Pierluigi Bartolomei con algunos de los participantes y voluntarios.
Las "Actividades extraescolares" ELIS en números

Los números de estos meses de actividad hablan por sí solos:

- 390 muchachos, algunos de ambientes muy difíciles, han participado en las actividades.

- Se impartieron 176 días de formación práctica por la mañana (1.056 horas) y 154 días (308 horas) de formación extraescolar.

- 7.700 comidas completas

- 70 días (140 horas) de deporte.

- 37 días (74 horas) de música.

- 37 días (unas 37 horas) de italiano para extranjeros.

- Clases de: matemáticas (198 horas), italiano (223 horas), física (72 horas), economía y derecho (166 horas), tecnología (198 horas), historia (132 horas). Para un total de 989 horas de asistencia al estudio.

- 105 días (unas 230 horas) de experiencia profesional: Carpintería, Instalaciones Eléctricas, Albañilería, Hidráulica/Termohidráulica y Soldadura.

- Se llevaron a cabo 15 proyectos con “Abeja trabajadora” en los hogares de familias menos favorecidas del distrito.

- Se ayudó a 4 familias (una de Subiaco, dos de Tor Bella Monaca y una de Casal Bruciato) a pagar las cuentas del hogar y a comprar ropa, zapatos y libros para sus hijos.

- Tres menores del Tribunal de Menores fueron absueltos.