La sonrisa amable de Álvaro del Portillo, primer sucesor de san Josemaría Escrivá al frente del Opus Dei, fue evocada ayer por el vicario del Papa para la diócesis de Roma, Camillo Ruini, quien presidió la apertura del tribunal que instruirá su proceso de canonización. El cardenal Ruini manifestó que «mis frecuentes encuentros con Del Portillo me dejaron persuadido de que era un pastor ejemplar. Su unión con el Papa, su caridad, su humildad y su equilibrio traslucían una extraordinaria riqueza interior».
Según el cardenal, «el servicio activo que don Álvaro prestó siempre a la Iglesia de Roma y la diligencia activa con que apoyó las iniciativas del Santo Padre en su diócesis eran parte del amor a la Iglesia que había aprendido de san Josemaría», de quien fue principal colaborador durante 40 años. Aunque la apertura del proceso corresponde a la diócesis de Roma, donde falleció en 1994, el cardenal Ruini añadió que «la Conferencia Episcopal del Lazio se ha manifestado unánimemente a favor del comienzo de la causa», solicitada tras su fallecimiento por 35 cardenales y 200 obispos de 55 países.
El Papa rezó por él
Ruini recordó que el día de su muerte Juan Pablo II se desplazó a la iglesia prelaticia del Opus Dei para rezar ante los restos mortales de Álvaro del Portillo, a quien definió como «ejemplo de fortaleza, de confianza en la Providencia Divina y de fidelidad a la sede de Pedro». En su pésame a monseñor Javier Echevarría, Juan Pablo II parafraseó un pasaje del Evangelio para rogar al Señor «que acoja en el gozo eterno a este siervo bueno y fiel».
La Congregación para las Causas de los Santos ha establecido que la primera fase del proceso corra simultáneamente a cargo del Tribunal diocesano que prestó juramento ayer en el palacio de San Juan de Letrán y de un Tribunal de la Prelatura, que será constituido el próximo 20 de marzo. Ambos tribunales asumirán coordinadamente la instrucción de la causa, que incluye tomar declaración a los principales testigos, así como recoger los escritos y documentos, pero no emitirán dictamen sino que trasladarán el sumario a la Congregación para las Causas de los Santos, donde será estudiada por teólogos, médicos y especialistas en varios campos.
Si la Congregación considera que «don Álvaro» ha vivido las virtudes cristianas en grado heroico, le conferirá el título de «venerable siervo de Dios». El proceso continúa con el examen de los favores recibidos por su intercesión, que en estos momentos son ya más de 3.000. Si se constata que alguno constituye un milagro, el Santo Padre puede decidir la beatificación y elevarle a los altares. Un segundo milagro, posterior a esa fecha, abre el paso a la canonización, que propone el culto a nivel mundial.
Monseñor Javier Echevarría, que sucedió en 1994 a Del Portillo como Prelado del Opus Dei, se manifestó «muy contento» por el comienzo del proceso, mientras que el cardenal Ruini señaló que «pocas veces he visto tanta gente en una primera sesión».