Prólogo del libro “De retiro con... el beato Josemaría Escrivá”

Escrito por el cardenal Franciszek Macharski, arzobispo de Cracovia

D. Juan Luis O’Dogherty nos ha preparado, dentro de la colección de la editorial M dedicada a retiros, el libro “De retiro con... el beato Josemaría Escrivá”.

Veo en esta publicación un valor singular: muestra cuál es la fuente del providencial desarrollo del Opus Dei, fundado por nuestro Beato. Esta fuente es la prioridad de la vida interior, redescubierta en nuestros tiempos, que se manifiesta en una total conversión a Cristo y el Evangelio, y en una fidelidad cada vez mayor a esta actitud vital.

El cristiano, siendo por la fuerza y el amor de Cristo sal de la tierra y luz del mundo, cumplirá la esperanza que en él deposita el Redentor sólo si es cada vez más fiel a su identidad, es decir –según la imagen evangélica– si es cada vez más sal y luz. Expuesto constantemente a la pérdida de esta identidad, y a volverse sal insípida y luz fatua, cumplirá su misión y el sentido de su vida cristiana n la misma medida en que se dirija a lo profundo, que es Cristo viviente en el hombre, Cristo que lo compromete en Su obra, que es la salvación del mundo. Cómo no recordar ahora las palabras que Juan Pablo II, al comienzo del siglo XXI y del nuevo Milenio, ha dirigido a la Iglesia. “¡Mar adentro! ¡Duc in altum!”: confía en el misterio salvador de la voluntad de Dios, quien desea regalar los tesoros de sabiduría y amor encerrados en lo profundo de su corazón, quien desea repartir la riqueza de su misericordia.

Esta conversión hacia lo profundo, este constante regalar sus riquezas a un mundo ansioso de salvación (aun cuando la ignore o la niegue), es un rasgo esencial de la realidad apostólica que constituye el Opus Dei, entregado por el Buen Dios a través del beato Josemaría para la salvación del mundo. Sus miembros, como aquellos pescadores galileos, son personas que viven en el mundo como cristianos coherentes y competentes profesionales. Aportando la eficacia humana de su obrar, no caen en la rutina, sino que van a la cabeza de los descubrimientos de la ciencia y la técnica, el arte y el saber. ¡Sin embargo, aportan algo indescriptiblemente mayor! Pues en lo profundo de sus corazones llevan la Palabra de Dios, viva, sabia y poderosa, que no sustituye a las fuerzas humanas, sino que da sentido al trabajo humano, a la creatividad y a la vida humanas, encamina hacia Dios y el hombre, advierte frente a los caminos falsos y superficiales, frente a la simplificación y descuido de “lo más importante”.

Las horas trágicas de la historia de la humanidad nos recuerdan constantemente que, sin esto, la civilización humana se convertiría en una civilización de odio, muerte y falsedad.

Deseo que “De retiro con... Josemaría Escrivá” ayude a vivir en profundidad la plenitud de la vida de Cristo, para nuestra salvación y la de todo el mundo.

Franciszek Macharski, Cracovia 20.IX.2001