En todas las intervenciones de las jornadas, se ha mostrado la importancia de una sólida formación intelectual para entender la sociedad en la que vivimos y dar respuesta a los retos que plantea. Se han analizado los rasgos fundamentales de la sociedad moderna y una de las conclusiones destacadas en las jornadas es la de la necesidad de una sólida formación para dar respuesta a los retos que plantea la sociedad actual.
Corrientes culturales contemporáneas en el marco de la modernidad
La primera de las intervenciones corrió a cargo de Mariano Fazio, vicario auxiliar del Opus Dei, quien habló de las corrientes culturales contemporáneas en el marco más amplio de la modernidad. Repasó las características de la cultura actual vinculadas a la ideología de género, transhumanismo, ecologismo profundo y cultura woke o de cancelación. Según Fazio, toda la Edad Moderna ha sido una lucha entre dos bandos: a favor o en contra de la secularización.
En su intervención alertó sobre cierta nostalgia que podría tentar a quien considere la Edad Media como una supuesta edad de oro de la Iglesia. Advirtió, sin olvidar tantas cosas positivas del mundo medieval, que no supo siempre interpretar correctamente la máxima evangélica: “dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Conferencia de Mons. Mariano Fazio
En este sentido, consideró que la secularización iniciada en la Baja Edad Media, entendida como desclericalización, debe entenderse como un hecho positivo. Más tarde, en el Siglo de las Luces, contempló el recorrido de la secularización. Consideró que la secularización moderna y contemporánea, que produjo una positiva desclericalización, trajo como consecuencia una actitud laicista no deseada, que no responde a la armonía que debe existir entre lo natural y lo sobrenatural, que aunque son diferentes no deben separarse. Mariano Fazio recordó que la perspectiva sobrenatural debe valorar en el punto justo la autonomía de lo natural. La verdadera secularización sería lo que algunas personas han llamado la “laicidad sana” -tal y como lo hizo Benedicto XVI- o laicidad positiva, frente a los excesos del laicismo.
En la denominada “dictadura del relativismo”, en palabras de Benedicto XVI, la principal víctima es la Verdad. D. Mariano plantea que la salida de esta dictadura -una crisis moderna- es el diálogo entre razón y fe, pues “hay que superar la visión cientificista”. Por eso, afirmó que “en la tarea pastoral que nos corresponde, es necesario ayudar a las personas a pensar, dado que podemos llegar a las verdades que orientan la propia vida”.
Preguntado por la aportación del Papa emérito Benedicto XVI y el Papa Francisco, compartió su visión de que los dos pontificados se pueden “unir, el del Papa emérito Benedicto XVI que fue más intelectual y el del Papa Francisco, más social”, y que cada uno necesita del otro, dado que es necesaria una Verdad para llevarla a la vida. Por último, hizo un llamamiento a “buscar puntos de unión, establecer puentes, con aquellos que piensan diferente para poder dialogar”.
El uso de la razón amable
Ignasi Fuster, decano de la Facultad de Filosofía de Catalunya, el segundo de los ponentes de las jornadas, ofreció argumentos para el uso de la razón amable, que da sentido a los grandes interrogantes del hombre. En este sentido afirmó que “los grandes pensadores no son elucubradores, sino que dan respuesta a un tiempo y a unos interrogantes como hizo san Agustín con la crisis de su tiempo, santo Tomás, mostrando la esplendidez de la verdad o san Juan Pablo II”.
También ha afirmado que “estamos en tiempo de apostasía: la religiosa que se pone de manifiesto con el ateísmo; la biológica; y la apostasía de los orígenes, según la cual no es necesario pensar o se cree que el pensar no transforma. Estamos frente a la crisis de la razón especulativa frente a la razón instrumental” que impera en la sociedad. Por ello, también propuso que “hay que buscar las certezas, defenderlas sin levantar la voz, dar testimonio de vida que es testigo de belleza y saber vivir la diferencia en la tolerancia y el respeto”.
El debate posterior a las ponencias del primer día dejó como conclusión la idea de que las verdades intangibles son y deben ser pocas y claras y la necesidad de crear puentes para su comunicación.
“Es necesaria una profunda experiencia de la fe cristiana”
Redescubrir la novedad del anuncio del Evangelio fue una de las ideas principales de la ponencia de Mons. Francisco Conesa, obispo de Solsona, en su participación en las Jornadas de Castelldaura.
Ante la pregunta de cómo vivir la fe en una sociedad plural, señaló que “no podemos vivirla como hace 40 o 50 años. Actualmente, es necesaria una profunda experiencia de la fe cristiana, arraigada en la oración; una formación sólida de los contenidos de la fe, teniendo en cuenta aspectos intelectuales, pastorales, humanos y espirituales porque, cuando no se tiene esta formación, uno acaba siendo asimilado por la cultura dominante. Se necesitan cristianos que vivan su fe unidos a la Iglesia, ya que es indispensable andar juntos”.
En esta sesión, Mons. Conesa afirmó que “la Iglesia camina con la sociedad hacia la plenitud de la verdad, y, por eso, necesita dialogar con el compañero de camino”. Este diálogo lo ha definido como abierto a todo el mundo mientras no caiga ni en el fundamentalismo ni en el relativismo. “El estilo de cómo proponemos la fe es importante -recalcó- y hay que respetar la conciencia de los demás actuando con apertura de miras y empatía”, porque la fe crece por atracción, no por imposición. Por este motivo, finalizó, “tenemos que ir al corazón del Evangelio, evitando que se identifique el mensaje cristiano con elementos que resultan secundarios”.
La importancia de la lectura de los clásicos
José María Torralba, uno de los últimos ponentes, catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Navarra, reflexionó sobre la importancia educativa de introducir la lectura de los clásicos, de los buenos libros, en el plan formativo personal.
“La lectura comporta la comprensión de los retos culturales actuales e introduce a quien lo hace en el mundo de la sabiduría”, afirmó el profesor Torralba. Y añadió que “vivimos en un contexto social en el que los jóvenes echan de menos tener conversaciones intelectuales, y hablar de los temas importantes, como la libertad” que se plantean con buenas lecturas. Por eso defendió la necesidad de “un cambio educativo y de pasar de un modelo pasivo, que es escuchar, a un modelo más activo, que es el que lleva a leer. El segundo es una forma de introducir a los jóvenes en la cultura”.
Conferencia de José María Torralba
Según Torralba, “se puede decir que el tipo de cristianismo que se vive en el ámbito mediterráneo es un cristianismo moralista. Para muchas personas, lo importante o esencial es la moral, lo que se considera ser buena persona”. El profesor Torralba consideró que esto es una reducción y simplificación, que conduce a una falta de interés por el estudio y el saber, por tanto, a estar ausente en los debates culturales. Abogó por aprovechar la oportunidad que ofrece la literatura para abrir horizontes y crear un espacio de esperanza.
Jornadas de Castelldaura, punto de encuentro intelectual
Las 58 Jornadas de Castelldaura fueron inauguradas por Lluís Tusquellas, director del Centro Sacerdotal Rosselló, entidad organizadora, quien explicó que las Jornadas son “punto de encuentro intelectual desde hace 58 años, para discutir temas de actualidad, con el buen deseo de favorecer nuestra labor ministerial, renovar nuestra preparación y disfrutar de horas de fraternidad sacerdotal”. Y recordó una idea de san Juan Pablo II para dar razón del tema escogido para este año: “Una fe que no se hace cultura, todavía no ha sido plenamente acogida”.
Ignasi Font, vicario del Opus Dei para Cataluña y Andorra, quiso mostrar en su intervención el agradecimiento al Papa emérito Benedicto XVI “por los numerosos textos magisteriales que nos ha regalado en los que se ha ocupado del tema objeto de reflexión de las jornadas , el gran reto que supone para la fe católica la impresionante aceleración de la cultura contemporánea”.