Isidoro Zorzano y la vuelta a clases

Marzo: vuelven las clases y la rutina del trabajo en todo el país. Los testimonios de colegas y amigos de Isidoro Zorzano, pueden ser un impulso para encarar con ilusión los nuevos desafíos del año.

La vida profesional de Isidoro Zorzano transcurrió entre talleres ferroviarios y el aula de la universidad. De esos años vividos entre vías, ferrocarriles, tuercas, locomotoras, grasa, planos, máquinas, ruidos, obreros, jefes, colegas y alumnos, quedan grabados a fuego el testimonio de sus compañeros.

Isidoro Zorzano (centro de la imagen, con anteojos), junto con sus compañeros de trabajo.

1. Un camarada más. "En el tranvía, a Zorzano, todos los obreros le saludaban con la mayor amabilidad. Por eso tuve que preguntarle a uno de ellos: "¿Qué tal se porta con ustedes el señor Zorzano?" Y me contestó: "Isidoro es un camarada más, no tiene una mala palabra para nadie, y por eso le queremos y se le sigue de cabeza". (Raimundo Renta, ingeniero industrial)

2. Sin distinciones. "Logró al poco tiempo el respeto, la estimación y el cariño de todos sus alumnos por sus grandes conocimientos de las materias que explicaba, por su trato exquisito a los de arriba y a los de abajo, no hacía distinciones, y por sus bondades y persistencia en la enseñanza". (José Poy Segas, discípulo de Isidoro en sus años de profesor de Matemáticas y Electrotecnia en la Escuela Industrial de Málaga)

3. Querer a todos. "Por su carácter e inmejorables condiciones de jefe, de caballero y de amigo, supo siempre mantenerse en su puesto, en todos los tiempos, haciéndose respetar y querer de todos". (Romero Santana, profesor de la Escuela Industrial de Málaga)

4. No tenía más que amigos. "En los talleres no tenía más que amigos. Nadie puede hablar mal de él. Ningún obrero puede tener queja alguna". "Se puede asegurar que no habrá nadie que haya tratado con él y haya quedado disgustado.” (Testimonios de obreros de los talleres de Málaga con Isidoro).

5. Perdón y cariño. "Nos perdonaba los errores y nos ofrecía con toda la confianza y desinteresadamente su enseñanza y su ayuda en todo cuanto estudiábamos. Nos favorecía a todos en cuanto podía y para él no existían diferencias. A todos nos atendía con cariño". (Testimonios de agentes ferroviarios de Madrid)

Isidoro Zorzano almorzando con varios amigos.

6. Un corazón sereno. "Cuando hablaba con él experimentaba una sensación de descanso en medio de mi actividad, preocupaciones y trabajo". (Testimonio de uno de sus jefes en Ferrocarriles).