Todo empezó con la gran crisis que atravesábamos casi todo el mundo. El dinero no llegaba para todo: deportes de mis hijos, facturas de colegios, etc. hasta el punto que mis cuñadas y mi suegra, que en paz descanse, me tenían que ayudar.
Empecé a rezarle mucho, estaba muy desesperado
Un maravilloso día, un amigo del Opus Dei se dio cuenta de lo que estábamos pasando y me dio una foto de San Josemaría. Me dijo: “Rézale, él te va a ayudar; pídele lo que quieras, él te dará lo que vea”. Yo era muy creyente pero no practicaba. Empecé a rezarle mucho, estaba muy desesperado.
Mi mujer empezó a enviar currículos: no tenía apenas experiencia en nada y el trabajo nunca estuvo tan mal, pero a la semana siguiente la llamaron para una entrevista. Seguimos rezando y, a los seis meses, la llamaron a trabajar.
Nuestra vida es maravillosa con la compañía del Señor
Sabíamos que era obra de Dios, porque sin estudios ni experiencia y dos millones de personas en paro, era un problema, pero la fe nos ayudó. Todo cambió a mejor y se lo conté al amigo que me recomendó a este buen santo. Me dijo: “Ahora intenta ir a misa, confiesa y empieza de nuevo”. Así lo hemos hecho. Nuestra vida es maravillosa con la compañía del Señor. Gracias.
M., España
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