El 6 de octubre en imágenes

Galería de fotos con momentos significativos de la canonización de Josemaría Escrivá. Acompañan a las imágenes fragmentos de homilías de algunas de las misas de acción de gracias por la canonización celebradas en Roma y testimonios de asistentes a la ceremonia.

3 DE OCTUBRE: TRASLADO A SAN EUGENIO

Las reliquias de san Josemaría fueron trasladadas a la basílica de san Eugenio el 3 de octubre a las 12:00 horas. El féretro con el cuerpo del nuevo santo permaneció expuesto en la basílica de san Eugenio, frente al altar principal, hasta el día 10 de octubre. El párroco de san Eugenio, don Michele Díaz, ha explicado que durante estos días "decenas de miles de personas han pasado por la basílica" para venerar las reliquias de san Josemaría. Según don Michele, ha sido una verdadera "procesión de piedad y devoción, durante la cual se han confesado miles de personas".

El coro de Strathmore College interpretó la canción 'Harambee'.

4 DE OCTUBRE: UNA VELADA DE FIESTA EN FAVOR DE ÁFRICA

La presentación del proyecto Harambee 2002 tuvo lugar el 4 de octubre en el auditorio de Santa Cecilia. Asistieron cerca de 2000 personas. El acto consistió en una velada musical con intervenciones de coros procedentes de varios países. Además, intercalados entre las actuaciones musicales, se sucedieron diversos testimonios personales y algunas proyecciones de imágenes filmadas con palabras del nuevo santo.

6 DE OCTUBRE: LA CANONIZACIÓN

A las 10:25 de la soleada mañana del 6 de octubre, ante varios centenares de miles de personas, Juan Pablo II canonizó a Josemaría Escrivá. A la ceremonia asistieron personas de 84 países. El Papa recordó en la homilía el ideal de san Josemaría: “Elevar el mundo hacia Dios y transformarlo desde dentro: he aquí el ideal que el santo fundador os indica, queridos hermanos y hermanas que hoy os alegráis por su elevación a la gloria de los altares (...).

Siguiendo sus huellas, difundid en la sociedad, sin distinción de raza, clase, cultura o edad, la conciencia de que todos estamos llamados a la santidad. Esforzaos por ser santos vosotros mismos en primer lugar, cultivando un estilo evangélico de humildad y servicio, de abandono en la Providencia y de escucha constante de la voz del Espíritu”.

BIENVENIDOS A ROMA

El día de la ceremonia, las autoridades civiles y miles de voluntarios pusieron su mejor esfuerzo para atender a los peregrinos.

“Por mucha suerte coincidió que el 6 de octubre fue mi cumpleaños, y aunque fue uno de los días más cansados de mi vida, fue también el día en que, al final de la jornada, me sentía más feliz”. (Testimonio de un voluntario).

UN INTERCESOR DELANTE DE DIOS

“La Iglesia canoniza a sus hijos no tanto para aumentarles la gloria y celebridad cuanto para hacer de ellos nuestros intercesores delante de Dios y sobre todo nuestros modelos de vida. (...) Los santos canonizados son de la Iglesia y para la Iglesia; no son luceros para esconder debajo de un celemín, ellos son luceros que la Iglesia levanta bien alto para que iluminen a todos”. (Homilía del card. José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las causas de los santos, en la misa de acción de gracias celebrada en la basílica de San Andrea della Valle el 8 de octubre).

UN VIAJE DIFERENTE

“Tuve la oportunidad de ser voluntario de la canonización y me di cuenta que ayudar a la gente ha sido una de las muchas razones que hizo este viaje diferente a cualquier otro en mi vida. San Josemaría nos ayudó en todo momento e hizo que en nuestros corazones brillara la luz del servicio y la entrega a los demás. Dios nos regaló una convivencia internacional con un valor incalculable”. (Testimonio de un voluntario).

UN SASTRE EN LA PLAZA

Víctor, un sastre que cosió una sotana a san Josemaría, durante su visita al Perú en 1974, estuvo el 6 de octubre en la Plaza de San Pedro. “Lo más bonito fue cuando el Santo Padre lo declaró santo –afirmó Víctor- Se hizo realidad un sueño que muchos teníamos de verlo en los altares. Ahora nos empujará desde el cielo y nos ayudará en todo lo que le pedimos, en mi caso, la salud espiritual y corporal de mi familia. También me ha conmovido mucho ver la entrega de Juan Pablo II a la Iglesia y la fuerza que irradia. Ahora me siento más urgido a rezar por él y sus intenciones.”

LA CANONIZACIÓN POR TELEVISIÓN

Muchas personas pudieron seguir la ceremonia del 6 de octubre gracias a las 30 emisoras de televisión de todo el mundo que retransmitieron la canonización. “Después de ver por la televisión la ceremonia de la canonización —cuenta una señora chilena— mi marido me acompañó a misa. Fue un don inolvidable poder ver a tanta gente rezando junto al Papa, muchos jóvenes que son la esperanza. La televisión hizo un trabajo estupendo”.

LOS JÓVENES DE LA CANONIZACIÓN

"También los jóvenes,(...) conocen, estiman y quieren a san Josemaría, como se quiere a un viejo y entrañable amigo (...) Es el momento de proponer de nuevo a todos, con convicción, este "alto grado de la vida cristiana". ¡He aquí vuestro reto de siempre, urgente hoy como nunca (...) para la Iglesia que estrena siglo. (Homilía del card. Antonio María Rouco, arzobispo de Madrid, en la misa de acción de gracias celebrada en la basílica de San Pablo Extramuros el 8 de octubre).

Los asistentes a la canonización pudieron seguir la ceremonia en las 13 pantallas distribuidas por la plaza.

ENTUSIASMO POR EL MUNDO

“Una vez preguntaron a san Josemaría qué oratorio le gustaba más en la casa donde vivía; su respuesta espontánea fue: «la calle». Esta afirmación nos muestra lo positivo que es el mundo para san Josemaría: se muestra lleno de un auténtico «entusiasmo por el mundo», si bien no de un modo ingenuo. No es ni optimista ni pesimista, sino un realista cristiano. Sabe de las consecuencias del pecado y del peligro de mundanizarse, pero —y esto es lo decisivo para su postura positiva en relación con el mundo—, también sabe que Dios ama al mundo”. (Homilía de mons. Fernand Franck, arzobispo de Luxemburgo, en la misa de acción de gracias celebrada en la basílica de Ss. Doce Apóstoles el 8 de octubre).

LA SANTIDAD NOS LLENA DE ALEGRÍA

“Al mismo tiempo, ¡qué responsabilidad la nuestra si, habiendo recibido tantas gracias y tantos ejemplos del nuevo santo, fuésemos reticentes ante el esfuerzo que debemos hacer para seguir sus huellas! ¡No tengamos miedo a la exigencia evangélica de santidad, que nos llena de alegría! No os conforméis con poco, nos diría el nuevo santo: ¡os quiero santos!". (Homilía del card. Paul Pouppard, presidente del Pontificio Consejo para la cultura, en la misa de acción de gracias celebrada en la basílica de Santa María in Trastevere el 8 de octubre).

EL SECRETO DE ESTE APOSTOL DEL SIGLO XX ES: DIOS

"Dejadme, sin embargo, ofreceros este sencillo testimonio absolutamente personal: ¿cómo he comprendido yo a san Josemaría, qué idea me he hecho de El? En otras palabras: ¿cual es para mí el secreto de la santidad de Josemaría Escrivá? Así de golpe, os lo digo: para mí, una sola palabra explica la vida y la obra de Josemaría. Esa palabra es: «Dios». Dios está en la base, en el centro y en la cima de la vida y de la obra de Josemaría. Todo parte de Dios y todo viene de Dios. El secreto de este apóstol del siglo XX es: Dios". (Palabras del card. Ignace Moussa, prefecto de la Congregación para las Iglesias orientales, al final de la misa de acción de gracias celebrada en la iglesia de Trinità dei Monti el 8 de octubre).

UNA OCASIÓN PARA EMPEZAR DE NUEVO

"Aprovechemos esta ocasión gozosa y repleta de gracia para examinarnos y ver hasta qué punto hemos sido fieles a la responsabilidad de continuar la tarea que san Josemaría nos ha pasado. No importa lo pobre que nos parezca la respuesta que hemos dado hasta ahora; aprovechemos esta ocasión para empezar de nuevo, llenos de esperanza y confianza en su amable y poderosa intercesión". (Homilía de mons. John Myers, arzobispo de Newark, Estados Unidos, en la misa de acción de gracias celebrada en la basílica de Santa María La Mayor el 8 de octubre).

SEGUIR A CRISTO

"Para san Josemaría, Jesús no era un ejemplo para seguir de lejos, una abstracción, un camino moral, sino «su Jesús», una persona con la cual vivir continuamente. Su modo de vivir y enseñar la presencia de Dios cada día, con el realismo de la vida, ofreciendo a Dios el trabajo, rezando una jaculatoria, dando gracias por todo lo que sucede; se puede considerar un gran tesoro para todos los cristianos".

(Homilía del card. Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los obispos, en la misa de acción de gracias celebrada en la basílica de los Santos Doce Apóstoles el 8 de octubre).

GRACIAS A TODOS LOS QUE LE AYUDARON

"Demos gracias también a sus padres y hermanos, y a todos los que le ayudaron, especialmente a aquellos pobres y enfermos que ofrecieron con toda generosidad sus sufrimientos por el Opus Dei. San Josemaría se apoyó con gran confianza en la fuerza de la oración de estas personas. Fueron muchos los enfermos que ofrecieron sus dolores y su agonía «por la intención de don Josemaría» que desconocían. Sin los sacrificios y oraciones de estos enfermos no habría sido quizá posible que el Opus Dei llegara a ser lo que ahora es. Estos enfermos gozan ahora en el Cielo junto a san Josemaría". (Homilía de mons. Peter Takaaki Hirayama, obispo de Oita, Japón, en la misa de acción de gracias celebrada en la iglesia de San Girolamo della Carità el 8 de octubre).