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Mi vida era un desastre. Decidi montarme un cristianismo a mi manera, y vi que eso no funcionaba.
Vicent

Vas cresciendo, empiezas a salir de fiesta. Te gustan las chicas, empiezas con el alchool... Es verdad que ahí te empiezas a distanciar de Dios. Porque claro, al final, dejas de ser coherente. Porque dices: "oye, quiero salir con mis amigos, y beber y fumar un canutito (porro) y tal", pues no es coherente con que luego digas "Es domingo, voy a misa". Si que sigues creyendo en Dios, sabes que está ahí, pero claro, la situación se vuelven incoherente. (...) Esto al final te funciona dos o tres veces, pero a la cuarta ya te dá más pereza confesarte, a la quinta dices "¿ya para que voy a misa?", y te vas alejando.

En este vídeo, Vicent cuenta su historia en busca de la verdadera felicidad.