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¡Ya tenemos nuevo Papa! 

Seguro que has visto noticias, algún video o sus primeras palabras… pero, ¿has podido pararte a pensar, y sobre todo, a rezar con lo que nos está diciendo estos días? 

Aquí te dejamos frases del Papa León XIV con algunas reflexiones que quizás te ayuden a hablar con Dios.


¡La paz esté con ustedes!
Esta es la paz de Cristo resucitado.
Primera Bendición Urbi et Orbi, 8.5.2025

¡La paz esté con todos ustedes! Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo resucitado, el Buen Pastor, que ha dado la vida por la grey de Dios.

También yo quisiera que este saludo de paz entre en sus corazones, llegue a sus familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz esté con ustedes!

Esta es la paz de Cristo resucitado, una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Proviene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente

Hay una paz que no se consigue en retiros de fin de semana ni se compra con planes perfectos. Es la paz que viene de saberse sostenido, amado, redimido. La paz de Cristo Resucitado no te evade del mundo: te lanza al mundo con el corazón libre. No es una paz que impone fuerza, sino que nace de una presencia que lo transforma todo desde dentro.

Piensa: ¿qué cosas te quitan la paz últimamente? ¿En qué momentos notas que tu corazón se tensa, se defiende o se cierra? Pide a Jesús esa paz que no depende de las circunstancias, sino que nace de saberte amado. Dile: “Señor, desarma mis miedos, y enséñame a llevar tu paz”.


Dios nos quiere, Dios los ama
a todos, y el mal no prevalecerá.
Primera Bendición Urbi et Orbi, 8.5.2025

Dios nos quiere, Dios los ama a todos, y el mal no prevalecerá. Estamos todos en las manos de Dios. Por lo tanto, sin miedo, unidos, tomados de la mano con Dios y entre nosotros sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita su luz. La humanidad lo necesita como puente para ser alcanzada por Dios y por su amor.

Saber que estamos en manos de Dios cambia la forma de vivir. No elimina los problemas, pero da una base firme. Nos recuerda que no todo depende de nosotros, que no estamos solos, y que el mal —por fuerte que parezca— no tiene la última palabra. Dios no se desentiende. Está presente, actúa, sostiene.  Y eso nos permite seguir adelante sin miedo, con esperanza real, de la buena, esa que no se apoya en ilusiones sino en una certeza: Dios no falla.

¿En qué parte de tu vida necesitas recordar que Dios está ahí, contigo? ¿Qué decisiones o desafíos estás enfrentando ahora? Rézale así: “Señor, ayúdame a confiar. Quiero caminar contigo, sin miedo y con los demás”.


Sé que puedo contar con todos y cada uno de ustedes.
Misa con el Colegio Cardenalicio, 09.05.2025

Ustedes me han llamado a cargar esa cruz y a ser bendecido con esa misión. Y sé que puedo contar con todos y cada uno de ustedes para caminar conmigo, mientras continuamos, como Iglesia, como comunidad de amigos de Jesús, como creyentes, anunciando la Buena Nueva y proclamando el Evangelio.

El Papa nos mira a los jóvenes y nos dice: “Cuento contigo”. Y lo dice en serio. Porque la Iglesia no es un edificio ni una institución lejana: es una familia, una comunidad de amigos de Jesús, que lleva la luz del Evangelio al mundo.

Piensa: ¿cuánto has rezado por el Papa en estas últimas semanas? ¿Qué significa para ti sostenerlo con tu oración y con tu vida? ¿Cómo puedes apoyar más de cerca su misión, desde donde estás?


Sólo en el amor de Dios Padre podrás amar a tus hermanos “aún más”
Misa de inicio del pontificado de León XIV, 18.5.2025

Cuando Jesús le pregunta a Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» (Jn21,16), indica pues el amor del Padre. Es como si Jesús le dijera: sólo si has conocido y experimentado el amor de Dios, que nunca falla, podrás apacentar a mis corderos; sólo en el amor de Dios Padre podrás amar a tus hermanos “aún más”, es decir, hasta ofrecer la vida por ellos.

El amor no es una teoría ni una obligación genérica. Es algo personal. Nace como respuesta: sólo quien se sabe profundamente amado por Dios puede amar de verdad, sin miedo y sin necesidad de protegerse. Jesús no le pide a Pedro perfección, ni resultados, ni méritos: le pregunta si lo ama. Porque sólo desde ese amor vivido —conocido y experimentado— nace la entrega real.

Mira tu vida: ¿has sentido alguna vez ese amor que no falla? ¿Te dejas amar por Dios tal como eres, también en tus debilidades? Pídele: “Señor, que mi amor por los demás nazca del tuyo. Enséñame a vivir desde el amor recibido”.


Quisiera que este fuera nuestro primer gran deseo: una Iglesia unida, signo de unidad y comunión
Misa de inicio del pontificado de León XIV, 18.5.2025

Hermanos y hermanas, quisiera que este fuera nuestro primer gran deseo: una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado.

En nuestro tiempo, vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres. Y nosotros queremos ser, dentro de esta masa, una pequeña levadura de unidad, de comunión y de fraternidad. Nosotros queremos decirle al mundo, con humildad y alegría: ¡miren a Cristo! ¡Acérquense a Él! ¡Acojan su Palabra que ilumina y consuela! Escuchen su propuesta de amor para formar su única familia: en el único Cristo somos uno. 

En medio de tanta división y ruido, tú puedes ser un signo de unidad. No por uniformidad, sino por comunión. El mundo necesita testigos de fraternidad, personas que, con humildad, vivan la alegría de estar unidas en Cristo.

Piensa: ¿hay algo que puedas hacer hoy para construir unidad? ¿Alguien a quien necesites escuchar mejor, acoger más, perdonar? Pide al Señor ser levadura silenciosa que transforma el ambiente. Reza: “Señor, que mi vida hable de Ti. Haz de mí instrumento de tu unidad”.


Quizás precisamente al ver que Él confía en nosotros, nazca en nosotros el deseo de ser un terreno mejor.
Audiencia General, 21.5.2025

Un sembrador, bastante original, sale a sembrar, pero no se preocupa de dónde cae la semilla. La arroja incluso donde es improbable que dé fruto: en el camino, entre las piedras, entre los espinos. Esta actitud sorprende a los oyentes y los lleva a preguntarse: ¿por qué?

Estamos acostumbrados a calcular las cosas —y a veces es necesario—, ¡pero esto no vale en el amor! La forma en que este sembrador «derrochador» arroja la semilla es una imagen de la forma en que Dios nos ama. Es cierto que el destino de la semilla depende también de la forma en que la acoge el terreno y de la situación en que se encuentra, pero ante todo, con esta parábola, Jesús nos dice que Dios arroja la semilla de su palabra sobre todo tipo de terreno, es decir, en cualquier situación en la que nos encontremos: a veces somos más superficiales y distraídos, a veces nos dejamos llevar por el entusiasmo, a veces estamos agobiados por las preocupaciones de la vida, pero también hay momentos en los que estamos disponibles y acogedores. 

Dios confía y espera que tarde o temprano la semilla florezca. Él nos ama así: no espera a que seamos el mejor terreno, siempre nos da generosamente su palabra. Quizás precisamente al ver que Él confía en nosotros, nazca en nosotros el deseo de ser un terreno mejor. Esta es la esperanza, fundada sobre la roca de la generosidad y la misericordia de Dios.

Dios no ama como nosotros. No espera a que todo encaje ni a que tú estés en tu mejor versión. Incluso cuando lo niegas con decisiones pequeñas —cuando vives como si no estuviera, cuando eliges lo cómodo, lo superficial o lo tuyo— Él sigue sembrando. No se cansa. No te descarta. Siembra su Palabra con generosidad en todo tipo de terreno, también en el tuyo.

Y eso cambia todo: porque si Dios no se rinde contigo, ¿por qué ibas a rendirte tú? Él sigue sembrando. Él confía. Él espera. Tal vez hoy puedas decirle: “Gracias por no cansarte de mí. Gracias por sembrar siempre. Ayúdame a preparar mi tierra, para que tu amor dé fruto en mí”.


Si quieres leer sus textos completos, puedes encontrarlos aquí