Paquita: un nombre español en una familia francesa

Estoy casada desde hace nueve años. Tenemos tres hijas llenas de salud, en principio nada excepcional en una pareja de nuestra edad. Sin embargo, al comienzo de nuestro matrimonio tuve varios abortos espontáneos, todos a casi tres meses del embarazo. Uno de ellos resultó más complicado que los demás, ya que fue resultado de un embarazo molar, que tiene el riesgo de degenerar en cáncer. Fue entonces cuando conocí a una de las hijas del matrimonio Alvira cuyo proceso de canonización acababa de abrirse.

Marguerite y su hija Paquita.

Sin saber la situación tan dolorosa que yo atravesaba, me dio una estampa de sus padres con la oración para la devoción privada. Y así fue como empecé a rezar a los Alvira: primero para que este aborto no se transformase en cáncer; y después para que tuviésemos un día la alegría de poder tener hijos.

Todo se desarrolló maravillosamente…hasta los cinco meses y medio, cuando los médicos descubrieron una ausencia grave de líquido amniótico y un gran retraso en el crecimiento del bebé, junto con otras señales alarmantes

Un año y medio más tarde estaba de nuevo embarazada. Por mis antecedentes, me sometieron a una gran vigilancia médica. Seguimos rezando todos los días a los Alvira para que el embarazo llegase a término. Y ¡oh milagro! todo se desarrolló maravillosamente…hasta los cinco meses y medio, cuando los médicos descubrieron una ausencia grave de líquido amniótico y un gran retraso en el crecimiento del bebé, junto con otras señales alarmantes. En otras palabras, el embarazo no tenía ninguna posibilidad de salir adelante. Provocar el nacimiento en ese momento podría traer más problemas. Ningún médico auguraba un desenlace positivo.

Recurrimos a la oración de nuestros familiares y amigos y confiamos nuestro bebé a los Alvira. Joséphine nació con tres meses de anticipación y 959 gramos y, por la intercesión de Tomas y Paquita, ¡sin ningún problema de salud! Sin embargo, seguíamos sin haber identificado la causa de los problemas. No sabíamos si otros embarazos saldrían adelante.

Recurrimos a la oración de nuestros familiares y amigos y confiamos nuestro bebé a los Alvira. Joséphine nació con tres meses de anticipación y 959 gramos y, por la intercesión de Tomas y Paquita, ¡sin ningún problema de salud!

Dos años más tarde, tuve que hacer frente a otra dura prueba al sufrir otro aborto natural a los tres meses de la concepción. Hicimos una novena a los Alvira para encontrar la causa de los problemas y unos meses más tarde, estaba embarazada de nuevo.

A los nueve meses nació sin ninguna dificultad nuestra segunda hija: Paquita. Un nombre español en una familia francesa de la región de Bretaña. La elección no podía dejar de llamar la atención a nuestro alrededor. Y eso era justamente nuestro objetivo. Elegimos ese nombre para agradecer a los Alvira este nuevo favor y como testimonio de la eficacia de su intercesión. Para celebrar el bautizo optamos por un tema español: vino de la Rioja, tapas, paella, turrón, etc. Y como señal de que Tomás y Paquita velaban por nosotros, ese día tuvimos una temperatura de más de cuarenta grados.

A los nueve meses nació sin ninguna dificultad nuestra segunda hija: Paquita. Un nombre español en una familia francesa de la región de Bretaña. La elección no podía dejar de llamar la atención a nuestro alrededor

La familia ha crecido aún más con la llegada de Alexia. Hoy nuestras tres hijas son para nosotros una prueba evidente de la intercesión de los Alvira. Tenemos la convicción de que Tomás y Paquita nos acompañan en los pequeños momentos que forman la trama de nuestra existencia. Si nuestra historia no es corriente, nuestra familia sin embargo es de lo más corriente. Por esa razón la seguimos confiando cada día a los Alvira, para que nuestra casa sea también “un hogar luminoso y alegre”.