¿Qué son las obras de misericordia y por qué importan?
Las obras de misericordia son 14 gestos concretos, humanos, que conectan el Cielo con la tierra. 7 corporales y 7 espirituales. Son formas de cuidar al otro, de salir de uno mismo y de parecerse, un poco más, a Jesús.
Imagina que cada uno de estos actos es como un “superpoder discreto”. Nadie te aplaude por usarlos, pero cambian realidades. Son como pequeños consejos del Evangelio que mejoran el mundo desde dentro.
Puedes descargar aquí la infografía de las obras de misericordia.
Las 7 corporales: ayudar con el cuerpo y con las manos
1. Dar de comer al hambriento
2. Dar de beber al sediento
3. Vestir al desnudo
4. Dar posada al peregrino
5. Visitar a los enfermos
6. Visitar a los presos
7. Enterrar a los difuntos
👉 Traducción al día a día: Compartir tu comida con quien olvidó la suya. Llevar ropa que ya no usas a alguien que la necesita. Escuchar con atención al que está solo. Visitar a ese abuelo olvidado.
Las 7 espirituales: tocar el alma de los demás
1. Enseñar al que no sabe
2. Dar buen consejo al que lo necesita
3. Corregir al que se equivoca
4. Perdonar al que nos ofende
5. Consolar al triste
6.Sufrir con paciencia los defectos del prójimo
7. Rezar por vivos y difuntos
👉 Traducción al día a día: Ayudar a un/a compañero/a que no entiende una materia. Ser sincero sin herir. Escuchar sin juzgar. Perdonar aunque cueste. Ser paciente con tu hermano/a. Rezar aunque nadie lo sepa.
¿Por qué hacer esto si nadie lo ve?
Porque tú sí lo ves. Porque marca una diferencia. Porque, como dijo Jesús:
“Lo que hiciste con uno de estos pequeños, conmigo lo hiciste” (Mt 25, 40).
Y porque cada vez que lo haces, te estás pareciendo más a ese Jesús joven, real y revolucionario que no pasó por el mundo haciendo ruido, sino cambiando corazones.
Te dejamos algunos tips para vivir las obras de misericordia:
✅ Haz un reto semanal: Cada semana, elige una obra y busca una forma concreta de vivirla.
✅ Piensa en nombres o rostros: No pienses en “el hambriento”, piensa en Carlos, ese compañero que a veces no trae almuerzo.
✅ Sé real: No se trata de hacer cosas grandes, sino de hacerlas con amor.
✅ Involucra a tus amigos: A veces hacer el bien en grupo lo hace más ligero, incluso divertido.
✅ Reza con lo que haces: Tu acción puede ser una oración si la haces desde el corazón.
Y recuerda...
Ser joven no es una excusa para esperar a “hacer cosas grandes” más adelante. Es justo ahora cuando puedes comenzar a ser una chispa de misericordia en un mundo que necesita luz.
Porque ser bueno es valiente. Y ser misericordioso… es ser revolucionario.