Pedimos dinero a algunos parientes, pero sin resultado. Un sacerdote me aconsejó rezar por la intercesión de don Álvaro.
Empecé una novena. Tenía mucha paz y tranquilidad. Antes de acabarla, mi hermano consiguió plaza en una de las mejores escuelas privadas de la ciudad para seguir los estudios que quería y además, obtuvo una beca. He seguido con la novena para agradecer el favor a don Álvaro. Estoy muy agradecida por este favor y también por otros más pequeños que me ha concedido.
G.L. Abidjan (Costa de Marfil).